Hace varias semanas tuvo lugar una reunión conjunta de las comisiones de Turismo y Cultura de CECO con Salvador Fuentes, Presidente del Patronato Provincial de Turismo, en la que este planteó sus propuestas.
En ella, al fin escuchamos a una autoridad local hacer referencia a la evidente necesidad de unificar, por un lado, turismo y cultura; y, por otro, fuerzas, intenciones y criterios. Sin embargo, hubo también una referencia al empleo de la imaginación para crear nuevos reclamos en la ciudad, afirmación con la que estoy en desacuerdo, idea esta que expresé en la misma reunión y sobre la que me extiendo en estas líneas.
Córdoba no necesita utilizar la imaginación, sino llevar a cabo un mejor aprovechamiento de lo que ya posee. No me muevo por encuestas, sino por algo menos científico pero no por ello menos objetivo y quizá sí que más fiable: el trato directo con los visitantes semana tras semana.
Pueden creerme si les digo que la mayoría de los turistas, por ejemplo, no visita la Plaza de la Corredera, y mucho menos el Museo Julio Romero de Torres o (ahora que están en boca de todos) algún patio. Y no miento si añado que un número sorprendente de los mismos se marcha tras un fin de semana en nuestra ciudad sin saber que existe Medina Azahara, la Calle del Pañuelo o Caballerizas Reales (a pesar de entrar al Alcázar de los RR.CC.).
En el mismo orden de cosas habría que revisar los horarios, pues no es de lógica ni de recibo que museos, monumentos u oficinas de información tengan un tiempo de apertura reducido un sábado o un festivo incluso dentro de un puente (como ha ocurrido en el de la Constitución-Inmaculada).
Pero además de las deficiencias en la publicidad/información, también carecemos, como empecé diciendo, de una adecuada gestión de la materia prima. Evidentemente, nuestra bandera es la Mezquita-Catedral y ahora
tenemos el boom de los patios. Pero así como aquella no es suficiente, estos no ofrecen facilidades de explotación debido a su carácter doméstico. Sin embargo, sí que existen otros dos iconos que podrían convertirse en auténticas marcas autóctonas:
Uno es el caballo andaluz, que sufre de los males endémicos de Córdoba: anquilosamiento, desunión y autocomplacencia. Debido a ello necesita, por desgracia y por naturaleza, del liderazgo y coordinación de la Administración para poder crear objetivos comunes y aunar esfuerzos.
El otro, Julio Romero de Torres, resulta aún mejor como producto, por originalidad y por ser mucho menos imitable. Además, aunque suene poco ortodoxo, tanto su obra como el entorno del Museo son quienes mejor encarnan la esencia de nuestra ciudad. Y debería disfrutar de la agilidad en la gestión que supone no sufrir la misma dispersión que el sector ecuestre y ser de propiedad pública. Sin embargo, una vez más, tenemos lo que queremos tener: el Museo JRT no solamente presume de escasa actividad, sino que quien esto escribe intentó hace poco incluirlo en rutas culturales y turísticas y las respuestas que encontró fueron, cuanto menos, llamativas.
Por ello insisto en que no se trata de crear novedosos, rocambolescos y futuristas reclamos, normalmente caros y a menudo polémicos. Nos bastaría con una coordinación mejor de la existente entre instituciones, una información y horarios adaptados a las necesidades del usuario y, sobre todo, un adecuado escalonamiento a modo de producto o marca de lo que son nuestros elementos diferenciadores.
Sin embargo, conociéndonos, seguiremos buscando excusas para no mejorar lo mejorable o no abrir los museos cuando la gente tiene tiempo de ir. En resumen, para no mover un dedo. Y así poder seguir haciendo algo que nuestra idiosincrasia necesita: quejarnos (y sólo quejarnos) de que el dinero (el turismo) lo tienen otros.
Escrito y enviado al blog de artencordoba por:
Teo Fernández.
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la verdad es que la informacion de nuestro patrimonio es muy deficiente, yo como taxista asi lo observo, cada cual camina por la juderia sin seguir una ruta que les muestre toda nuestra riqueza , por ejemplo el museo arqueologico deveria se un punto de partida de nuestro recorrido historico y casi ni se visita, yo creo que desde las oficinas de turismo las guias gratuitas debieran de tener un recorrido logico y extenso con informacion munumental y horarios mas amplios, y de las ofertas de ocio mejor ni hablar los hoteles no venden apenas el expectaculo flamenco del cardenal , pues nada dejara de ser rentable y desaparecera , y cabalcor aun deberia de tener mas apoyos que es lo poquito que tenemos que las noches en la ciudad estan mas muertas que vivas