Este importante personaje del que vamos a hablar en esta entrada tiene la escultura dedicada a él en los jardines de la Antigua Facultad de Veterinaria, actual edificio del Rectorado, en la avenida de Medina Azahara. Se trata de Don Rafael Castejón y Martínez de Arizala. Este busto le fue realizado mientras aún vivía tal y como reza la inscripción, con la intención de rendir homenaje a toda su labor tanto en el campo de las ciencias veterinarias como en el estudio de la lengua y cultura árabe. La imagen fue llevada a cabo por Juan Polo, un artista nacido en Fernán Núñez y que además fue discípulo de Mariano Benlliure.
La ubicación de la misma no fue elegida al azar. Don Rafael fue director durante muchos años de la primeramente escuela de veterinaria y posteriormente facultad. Fue en este periodo cuando la escuela realiza su traslado desde su anterior sede hasta el edificio que en la actualidad alberga la sede del rectorado. Existe documentación en la que se relata la intervención de quien nos ocupa en esta entrada para agilizar las obras y así poder realizar el traslado lo antes posible. Su labor en el campo de las ciencias veterinarias fue de vital importancia para la investigación y la química veterinaria.
Su campo de desarrollo se centro en la investigación de bacterias y virus, además mediante este estudio, consiguió desarrollar sueros y vacunas gracias a un laboratorio privado que él crea y que también fue de los primeros en crear este tipo de productos. Hay que añadir que Don Rafael creó una serie de términos médicos que a día de hoy son de gran utilidad. Su obra también se centra, aparte de su trabajo como docente, en la creación y desarrollo de instituciones tales como El instituto de Zootecnia del Consejo Superior de Investigaciones Científicas.
Pero su vida no se detuvo ahí. Don Rafael Castejón vivió el tiempo de la Segunda República y de la Guerra Civil en el que fue protagonista, casi sin quererlo. Era simpatizante republicano y esto le convirtió en el primer director de la Estación Pecuaria Regional de Andalucía. En 1935 sería nombrado director general de sanidad, cargo en el que estaría poco tiempo. El 18 de julio de 1936 fue encarcelado en el Alcázar de los reyes cristianos. Así le relato la experiencia al periodista Francisco Moreno Gómez:
“Me llevaron al Alcázar. Yo espere que me fusilaran algún de aquellos días. Ninguna autoridad me tomó declaración ni me acusó de nada, y acabaron deportándome a Pontevedra. El sector que a mí me persiguió, dicho sin ambages, fue el Arma de Caballería. Yo como veterinario, había defendido siempre que la cría caballar y yeguada no fueran militares, sino que dependieran del Ministerio de Agricultura como en otros países. Los militares de Caballería de Córdoba tenían una espina clavada contra mí.”
Don Rafael Castejón destacó también, como ya hemos comentado al principio, en el campo del estudio de la lengua y costumbres árabes. También realizó importantes labores en el campo de la investigación arqueológica, histórica y artística. Además se convirtió en el director de la Real Academia de Ciencias, Bellas Letras y Nobles Artes de Córdoba en 1959. Tras su muerte, el poeta Manuel Medina González habla de él en un poema:
“Don Rafael Castejón; tiene temple de califa; y almenado corazón.
Del Islam tiene la idea; y del árabe la voz,; y capea a la Media Luna; como el mejor lidiador;
Por científico del toro; sabe del instinto fiero,; y por el caballo moro; se siente un buen caballero.;”
Por último, aquí dejo un enlace a un artículo del diario Córdoba, en el que su hija Rosario habla de la relación de su familia con la casa que ahora es el hotel “Palacio del Bailío” y de la vida de su padre: http://www.diariocordoba.com/noticias/cordobalocal/rosario-castejon-calderon-a-padre-interesaba-todo-cordoba_682778/
Otros artículos de la serie de “Esculturas de las plazas de Córdoba”:
- Julio Romero de Torres.
- Eduardo Lucena y Vallejo
- Cipriano Martínez Rücker
- Mateo Inurria
- Luis Prieto Romana “Luis Navas”
- Manuel Laureano Rodríguez Sánchez “Manolete”
- Obispo Osio
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Esta muy bien
Creo que es interesante reseñar en este artículo que el citado busto fue gestionado y sufragado casi en su totalidad por el Colegio Oficial de Veterinarios de Córdoba.
Se descubrió en octubre de 1985, muchos años después del traslado de la Escuela desde el antiguo edificio en la calle Encarnación Agustina al edificio del actual Rectorado efectuado en 1941.
El busto, se situó sobre un bello pedestal, cuya construcción fue dirigida por el arquitecto D. Antonio Castelló Mas.