Como ya comente en la entrada anterior, la vida de este gran personaje de la historia es tan amplia que no hay suficiente espacio en una sola entrada de blog. Hoy nos dedicaremos solamente a hablar de su biografía. Don Gonzalo Fernández de Córdoba y Enríquez de Aguilar nació en Montilla en el año 1453 y murió en Loja, un pueblo de la provincia de Granada, en 1515.
Fue el segundo hijo del Señor de Aguilar de la Frontera y de Priego de Córdoba. Tanto su hermano mayor como él se criaron en Córdoba bajo el ojo vigilante del noble caballero Don Pedro de Cárcamo. Pronto comenzó a servir como paje para el príncipe Alfonso. A la muerte de este, don Gonzalo comenzaría a servir como paje a la que se convertiría en la reina Isabel I de Castilla. Él tenía también una hermana que contraería nupcias con un noble cordobés.
Ya desde muy joven comenzó a recibir formación militar acorde con su no primogenitura. Participó en la guerra de sucesión castellana siempre desde el bando isabelino. Poco después se casó con su prima Isabel de Montemayor, la cual fallecería en el parto de su primer hijo. Paso también algún tiempo preso en la localidad cordobesa de Santaella hasta que fue liberado en 1476, por intercesión de los Reyes Católicos. Participó también en la larga guerra de Granada. Tras todo esto, contrajo matrimonio por segunda vez con María Manrique de Lara y Espinosa, hija de los duques de Nájera, con la que tuvo dos hijas.
Durante la guerra de Granada estuvo a punto de perder la vida en una escaramuza nocturna. El gran capitán se cayó del caballo, pero por suerte para él, un sirviente que se encontraba cercano se bajó de su caballo y le montó a él para que pudiera escapar y así el entrego su vida por la de Don Gonzalo. Tras la caída del reino nazarí de Granada, el siguiente conflicto en el que Don Gonzalo Fernández de Córdoba se embarcará, será en la expedición que parte para Italia. Esta parte con la intención de ayudar al monarca Alfonso II de Nápoles, pariente del monarca español Fernando II de Aragón.
Alfonso II de Nápoles estaba siendo atacado por Carlos VIII, el cual tenía la intención de conquistar el territorio. La campaña es todo un éxito, gracias en parte a la pericia del “Gran Capitán”. Vuelven a España con la victoria bajo el brazo. Poco después se vuelve a requerir ayuda de España por parte de Italia ya que Venecia tenía una colonia, en lo que actualmente es Grecia, que estaba siendo atacada por los turcos. Don Gonzalo Fernández de Córdoba se embarca también en esa expedición como capitán general de mar y tierra.
Durante esta campaña, los franceses ocupan sus reinos en Italia, a lo que los reyes mandan al “Gran Capitán” que haga lo mismo. Encuentra resistencia en algunos sitios, pero esta acaba desapareciendo ante sus habilidades militares. Los conflictos armados con los franceses se intensifican y el “Gran capitán” interviene, obteniendo como resultado final la toma de Nápoles. Se le dio el cargo de Virrey de Nápoles, donde gobernó varios años como la máxima autoridad.
Tras la muerte de Isabel la Católica y algunos dicen que por las inseguridades que se despertaban en Fernando el Católico por la importancia y la fama que el noble cordobés había ido adquiriendo a lo largo de los años, el “Gran Capitán” es acusado de apropiarse de fondos de guerra durante la segunda campaña italiana. Él es destituido de su cargo de Virrey y se retira a Loja, donde fallecerá.
Seguimos hablando del Gran Capitán en los siguientes artículos:
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Pero la cabeza es de lagartijo
No, Manuel, eso es una creencia popular cordobesa. A mediados de la calle Osario se puede ver el busto de Lagartijo que hizo Mateo Inurria. saludos
Muchas gracias por la 2* parte de la vida el Gran Capitan