Su nombre real será Rafael Molina Sánchez. Nació el 27 de noviembre de 1841 en Córdoba. Fue hijo de banderillero. A los once años empezó a participar de ese mundo en una becerrada que tuvo lugar en la plaza de Córdoba. A continuación, dio sus primeros pasos como banderillero en una cuadrilla conformada al completo por niños cordobeses. Estos fueron los que le dieron el apodo por el que se le conocería en el mundo del toreo, “Lagartijo”. Este se debía a su estatura y su carácter vivo.
Su siguiente etapa en su carrera profesional lo llevo a trabajar en la cuadrilla del también cordobés José Rodríguez “Pepete”. Al morir este en 1862, “Lagartijo” pasa a formar parte de la cuadrilla de los Hermanos Carmona. Estará con ellos hasta 1865 cuando tome la alternativa en la plaza de toros de Úbeda. Obtendrá la confirmación en octubre de ese mismo año en la Plaza de Toros de Madrid. Unos años después darán comienzo sus famosos duelos con otro torero “Frascuelo”. Llego a tumbarse en el suelo delante del toro para demostrar su valentía lo que le valió se reprendido por su actitud.
En 1875 su forma de torear se convertirá en algo mucho más artístico y perfeccionado por lo que alcanzará la cima de su carrera. Este desarrollo le llevo a granjearse el apodo de “Gran Califa” siendo él el primero de una lista conformada por otros ilustres nombres del ramo a los que ya hemos hecho alusión en otra entrada de este blog como son “Machaquito”, “Guerrita”, “Manolete” y Manuel Benítez “El Cordobés”. En los años venideros será considerado el gran torero de la época.
En los 80 comenzara su declive coincidiendo con la alternativa de otro califa del toreo cordobés: Rafael Guerra “Guerrita”. Los expertos siempre han considerado a este último el sucesor natural de “Lagartijo”. Anunciará su retirada del mundo taurino en 1892 ofreciendo cinco corridas por toda España. La última de estas cinco corridas tuvo lugar en Madrid y su resultado fue tan malo que tuvo que salir de la plaza escoltado por la Guardia Civil. Fallecerá el 1 de agosto del año 1900 también en Córdoba.
Ese 1 de agosto de 1900, el torero fallecería en su domicilio sito en la calle Osario número diez. Es en esta calle donde se encuentra un pequeño busto dedicado a su persona dada su relación con la calle. Este se inauguró en el año 2002. La tumba donde descansan sus restos se encuentra en el cementerio de la salud donde también tiene un pequeño recordatorio. No podía faltar su presencia en la actual plaza de toros de la ciudad contando esta con un busto dedicado a este primer califa del toreo cordobés.
No podía acabar este articulo sin desmentir la arraigada creencia de que los rasgos faciales de este torero cordobés son los representados en la figura que decora la fuente de la plaza de las tendillas, la cual busca honrar a otro ilustre cordobés, Don Gonzalo Fernández de Córdoba, también conocido como el “Gran Capitán”. Si quiere saber más sobre esta y otras cuestiones, no dude en contactar con nosotros y contratarnos.
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