Comienzo mi andadura en el blog de Artencordoba con la primera entrada dedicada al origen del Teatro Romano y que se enmarca dentro de una serie monográfica, cuyo objetivo es mostrar todos los componentes de lo que se conoce como los Ludi Scaenici, es decir, los espectáculos escénicos que formaban parte del conjunto de los juegos públicos celebrados en honor a los dioses.
En las distintas entradas que conforman esta serie iré desgranado diversos aspectos que intervienen en todo el proceso de la puesta en escena de los teatros romanos. Así, se analizarán los diferentes géneros teatrales, la organización y financiación de los espectáculos, los actores y el público, los montajes y decorados, las piezas arqueológicas relacionadas con el ámbito teatral, etc.
De este modo, hoy me centraré en realizar una introducción histórica sobre el origen y desarrollo del teatro romano durante época Republicana e Imperial. Un primer aspecto a tener en cuenta, es que el teatro romano es más que un género literario y entronca directamente con aspectos religiosos materializados en la figura del dios Dionisio, y que con posterioridad, jugará un papel fundamental dentro de la propaganda dinástica y el culto imperial. Estamos ante una creación original, más allá de los precedentes griegos que siempre se le ha querido adjudicar al teatro romano. Por tanto, y siguiendo a Tito Livio, los inicios del teatro en Roma surgen con las imitaciones que jóvenes romanos hacían de los histriones etruscos, suplantando la personalidad de los políticos más destacados de la Urbs. No es necesario incidir en la gran carga crítica y satírica de dichas representaciones, lo que provocó que durante el periodo republicano existiera una fuerte censura en todos los géneros literarios.
La aparición del teatro como tal se debe a Livio Andrónico, esclavo nacido en Tarento (Magna Grecia) en el 284 a.C. y que de la mano de Lucio Livio fue llevado a Roma. A él se le atribuyen una serie de tragedias escritas según las fórmulas griegas, destacando títulos como Andromeda Danae, Achilles, Tereus, etc. y comedias como Gladiolus, Verpus o Ludius. Otros autores de esta horquilla temporal son Enio, Nevio, Pacuvio, Acio, Plauto y Terencio.
Durante el periodo republicano, las representaciones teatrales se realizaban sobre estructuras de madera montadas para la ocasión, así lo hace constar Tácito en sus Annales (XIX, 20,2) quien describe unos graderíos lígneos donde el público estaba de pie, o Plauto, que señala que existían unos graderíos de madera usados como asientos. En la mayoría de las representaciones teatrales, los actores llevaban una máscara junto con vestimentas y calzado alto de estilo griego. Todos los espectáculos solían ir con acompañamiento musical, ya que existían piezas cantadas (cantica) o danzas (embolia) que se intercalaban entre los diálogos (diverbia) y las farsas finales (exodia).
No será hasta los últimos momentos de la República cuando se comiencen a construir los teatros de piedra siguiendo los modelos de los teatros griegos de época helenística. El primero que se edifica es el Teatro de Pompeyo en Roma en el año 55 a.C. y a partir de aquí, se multiplicó la construcción de teatros estables por todo el Imperio Romano.
Durante el periodo Imperial, tenemos numerosos ejemplos de edificios teatrales por todo el Imperio Romano, y sabemos gracias a las fuentes escritas y literarias que se cultivó la tragedia, la comedia, el mimo y la pantomima, siendo estos dos últimos los que alcanzaron más fama y éxito entre el público mientras que los géneros nobles (tragedia y comedia) fueron perdiendo importancia hasta desaparecer en la Edad Media. Desde el Imperio Bizantino, se extendieron por toda Europa occidental, dando lugar a la Comedia del Arte en época Renacentista, y por consiguiente, a la aparición del teatro moderno.
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Has citado mal a Tácito…no existe “Annales” XIX…
vale