La provincia de Córdoba no sólo es rica en patrimonio histórico y cultural sino que también lo es en patrimonio natural protegido. Según la definición de la “Red de Espacios Naturales Protegidos de Andalucía” (RENPA) “los Parques Naturales son áreas naturales, poco transformadas por la explotación u ocupación humana que, en razón de la belleza de sus paisajes, la representatividad de sus ecosistemas o la singularidad de su flora, de su fauna o de sus formaciones geomorfológicas, poseen unos valores ecológicos, estéticos, educativos y científicos cuya conservación merece una atención preferente”. Pues bien, en Córdoba tenemos tres parques naturales.

El Parque Natural de las Sierras de Cardeña y Montoro, declarado el 28 de julio de 1989, ocupa algo más de 38.000 hectáreas entre los municipios de Cardeña y Montoro, al nordeste de la provincia de Córdoba. Con el paso de los años, este Parque Natural ha sido incluido en las listas más exclusivas de protección del patrimonio natural: en 2006 fue incluido en la lista de “Lugares de Importancia Comunitaria”; en 2007 (renovada en 2012) en la “Carta Europea de Turismo Sostenible”; en 2012 es declarado como “Zona Especial de Conservación”.
Con una orografía serena de lomas suaves y una vegetación compuesta por dehesa, pinar y monte mediterráneo, el Parque Natural de las Sierras de Cardeña y Montoro es un lugar ideal para disfrutar en familia. Si es vuestra primera vez, quizás lo más indicado es dirigirse al centro de recepción de visitantes “Venta Nueva”, a poco más de un kilómetro de Cardeña. Allí podréis recibir información de primera mano de las actividades que se pueden realizar en el parque y conocer las principales características del mismo. Resulta especialmente interesante conocer la fauna que puebla el entorno en el que conviven lobos, nutrias, buitres negros y águilas imperiales. Existe un rincón centrado en el lince, el inquilino más amenazado y más querido del parque. De igual manera destaca la exposición que nos permite conocer el aprovechamiento tradicional del paisaje.

A través de una red de 11 senderos señalizados, de diferentes dificultades y duración, podemos recorrer (a pie, caballo, burro o bici) el parque y descubrir sus bondades. Se recomienda encarecidamente realizar los paseos en silencio, con el fin de no perturbar a los animales que nos rodean y poder verlos con facilidad. Es muy habitual ver a las piaras de cerdos o rebaños de vacas en las dehesas. Entre los árboles suelen esconderse ciervos y jabalíes. Y si miramos hacia arriba, águilas, buitres y cigüeñas pueblan el cielo del parque natural.

Permitidme un par de consejos: acercaos al curso del río Yeguas, el principal del parque… A lo largo de milenios, el río ha dejado una huella clara en el paisaje a través de cañones y barrancos. Por otro lado, subid al techo del parque, el Cerro Colmena (828 metros), desde donde tendréis una de las más maravillosas vistas del entorno.

Y si con tanto paseo os ha entrado hambre, no dudéis en visitar Montoro o Cardeña y disfrutar de su gastronomía. La carne de caza y el cerdo son los reyes de los recetarios. ¿No os parece un plan ideal para disfrutar de nuestro patrimonio natural?

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