En esta entrada del blog dedicaremos unas líneas a Rafael Romero Barros, padre y profesor del ilustre pintor cordobés Julio Romero de Torres. Lo primero que hay que remarcar es que Rafael Romero Barros era natural de Moguer. Allí fue donde nació tal día como hoy hace ciento ochenta y cinco años (en 1832). El lugar de nacimiento fue en la casa paterna en Moguer aunque también es cierto que sus padres eran oriundos de Pozoblanco y Córdoba. Ellos estaban en Moguer por cuestiones laborales. La familia tenía unos orígenes humildes.
Rafael Romero Barros fue bautizado el 31 de mayo fue bautizado en la iglesia de Nuestra Señora de la Granada con el nombre de Rafael Fernando Antonio de la Santísima Trinidad. Cuando contaba con tres meses de vida la familia se trasladó de nuevo a Sevilla por temas laborales una vez más. El artista cursó cuando contaba con doce años de edad sus estudios en la universidad de Sevilla entre los años 1844 y 1847. Las clases de retórica y poética le fueron impartidas por Francisco Rodríguez Zapata, que también fue maestro del poeta Gustavo Adolfo Bécquer. Las de Historia Natural corrieron a cargo del médico y catedrático Antonio Machado Núñez, abuelo de los poetas Manuel y Antonio Machado.
Por aquel momento comenzó también a estudiar técnicas pictóricas en el estudio del paisajista Manuel Barrón y Carrillo y en la Academia de Bellas Artes de Sevilla. En aquel momento lo más habitual era la pintura costumbrista. El artista copió durante su aprendizaje a varios artistas barrocos y contemporáneos.
En 1856 contrajo matrimonio con Mª del Rosario Torres Delgado en la parroquia del Sagrario de la Catedral. Fruto de ese matrimonio nacieron sus ocho hijos: Eduardo, que trabajo en un banco; Rafael, que fue pintor y dibujante; Carlos que fue escultor; Rosario; Enrique, que fue pintor y académico de arte; Fernando, que se dedicó al mundo de las finanzas; Julio, que fue pintor modernista y Ángela, la cual continuó el trabajo de su hermano Enrique.
El 30 de mayo de 1862, cuando tenía treinta años, el Secretario General del Ministerio de Instrucción Pública, Pedro Sabau Larroya, le nombró conservador del Museo Provincial de Pinturas de Córdoba (lo que con el tiempo acabaría convirtiéndose en el Museo de Bellas Artes de Córdoba). Este museo no contenía solamente pinturas, aunque su título así lo indicara, sino que también tenía piezas arqueológicas y esculturas. Algunos de estos elementos pertenecían al arte sacro y habían sido conseguidas tras las desamortizaciones de Madoz y Mendizábal. El museo había empezado a funcionar algunos años antes, concretamente en 1854.
Como conservador, algunas de las labores de Rafael Romero Barros eran limpiar y restaurar las obras de la colección. En 1865 el vicepresidente de la Diputación Provincial funda la Escuela de Bellas Artes de Córdoba en la que Rafael Romero Barros impartiría clases de dibujo y figura. Ese mismo año es nombrado miembro de la Sociedad Económica de Córdoba. En 1867 nace mediante Real Decreto el Museo Arqueológico de Córdoba, el cual fue configurado por Rafael Romero Barros utilizando el del Museo Arqueológico Nacional de Madrid.
En 1868 fue elegido como correspondiente de la Real Academia de San Fernando. En 1870, Romero Barros fue nombrado director de la Escuela de Bellas Artes de Córdoba. Ese mismo año fue nombrado secretario de la Comisión Local de Monumentos de Córdoba. Durante su labor desempeñando este cargo se centró en la restauración y conservación de la Mezquita- Catedral, la cual sería declarada Monumento Nacional en 1882, y de la Sinagoga, que recibiría la declaración de Monumento Nacional en 1885. En 1871 fue nombrado conservador interino del Museo Arqueológico y obtuvo ese cargo de manera oficial en 1881.
En 1874, el pintor Carlos de Haes visitó Córdoba y es posible que hubiera un encuentro entre él y Romero Barros ya que se puede apreciar cierta influencia del primero en la producción artística del segundo en cuadros posteriores a esa fecha. En 1875 se marchó a Madrid para pintar un retrato del entonces rey Alfonso XII. En 1877 intervino en una exposición de paisajes y cuadros costumbristas organizada por la Sociedad Económica Cordobesa a la que asistió el rey Alfonso XII. El rey se quedó tan satisfecho con el museo y la exposición que le nombra desde aquel momento Pintor honorario de Cámara.
Entre otras cosas, fue un pintor relacionado con la corriente costumbrista y el romanticismo y alcanzo tal fama, que el rey Alfonso XII adquirió una obra suya. Fue maestro de sus hijos Rafael, Enrique y Julio además de Mateo Inurria y Juan Montis entre muchos otros. Tras su muerte, acaecida el 2 de diciembre de 1895 en la ciudad de Córdoba, el ayuntamiento de Córdoba le cambió el nombre a la calle sillería, que a partir de aquel pasaría a llamarse la calle Romero Barros. En 1906, el ayuntamiento de su Moguer natal hizo lo mismo con la calle Jilascura, la cual paso a llamarse la calle Romero Barros. Si quieren obtener más información sobre el tema no duden en pasarse por nuestra pagina web o nuestro blog.
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