Mi entrada de blog de hoy va a tratar sobre algo diferente: voy a daros a conocer un poco de mi vida. Fui un poco prematura. Mi padre era el que trabajaba y mi madre era la que estaba en casa encargándose de nosotros. Como digo, ya que nací algo antes de lo esperado, las cosas necesarias para recibir a un bebe, no estaban preparadas.
Cuando mi madre rompió aguas, mi padre estaba trabajando, así que ella se asomó al patio, que, aunque no era un bonito patio como los que salen a concurso cada mayo, cumplía más o menos la misma función. Era ese rincón donde mi madre encontró familia ya que tanto mi padre como ella no son de Córdoba. Las vecinas del patio se repartieron las tareas. Unas se quedaron con mi hermano mayor y otras se marcharon con mi madre al hospital.
A ella siempre le hizo gracia lo que las vecinas le dijeron después de la complicada tarea de traerme al mundo, no fui un bebe precisamente pequeño, los que me conocen lo sabrán. Ellas la tranquilizaron diciéndole “tranquila, ya te lo hemos averiguado todo”. Mi madre, siendo de Almería, siempre me ha contado esta anécdota como algo curioso porque esa palabra no era algo que le resultara familiar, lo que me ha hecho acordarme de todas las veces que “averiguar” ha estado presente en mi vida. Recuerdo un novio que la utilizaba mucho, de hecho, su hermano mayor se apodaba a sí mismo “averiguador”.
A raíz de este recuerdo, me he puesto a pensar en todas esas palabras que me parecen normales pero que a personas de otras partes del país pueden resultarles extrañas. Las más presentes son por supuesto pego y perol. De hecho, y mis compañeros estarán de acuerdo, creo que perol es la que más tenemos que explicar. A la entrada del yacimiento arqueológico de Medina Azahara hay un cartel que pone “Prohibido Peroles”. Hay quien se cohíbe y no pregunta, pero la mayoría sí que lo hace y quiere saber lo que son los peroles.
No vengo a explicar el origen de estas palabras, para eso mi compañero Juan Varela desempeñaría una mejor labor. Lo único que pretendía era que tú, lector, al igual que yo pensaras por un momento en todas esas palabras que pronuncias a lo largo de tu día y cuáles de ellas forman parte de ese patrimonio que no se ve. Te dejo aquí unas cuantas para que empieces a pensar y si quieres, añadir alguna más: Saquito, Zarcillo, berbiquí.
Te deseo un buen día
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