Viviendas Superiores

El conjunto conocido con el nombre de Viviendas Superiores está integrado por dos edificios semejantes caracterizados por la distribución de sus estancias en torno a grandes patios cuadrados –con pavimento de sillares y andén perimetral elevado– que se constituyen en los espacios más importantes de las viviendas. La occidental contaba con cuatro crujías en torno al patio, aunque hoy sólo se constata la presencia de habitaciones en tres de sus lados; la oriental tiene una forma más irregular, debida a la construcción en el espacio de su crujía oeste de una rampa que comunicaba con la terraza inferior del alcázar. De esta forma, el modo de acceso al llamado sector privado sufrió una transformación fundamental.

Se accedía a estas viviendas desde la calle en rampa –en el parte este del alcázar–, que comunicaba desde el escalón sur con el “Espacio Trapezoidal“. Esta vía de entrada se cerró en la vivienda occidental al colocar a la entrada de ella una letrina junto a la puerta. En el centro de los patios se colocaron pilas de mármol rectangulares que servían para abastecer de agua a dichas viviendas. Además, cada una contaba con letrinas, cuya limpieza se efectuaba mediante pequeñas pilas, de las que se conserva la de la vivienda oriental.

En principio, las viviendas, que formaban parte del diseño original del alcázar estaban organizadas en base a amplias habitaciones –algunas de las cuales tuvieron una planta alta o un altillo–, con cubiertas de tejas y a una sola agua que vertía al patio. El espacio de las habitaciones fue compartimentado, con materiales y fábrica más toscos lo que indica un uso más intenso de estas estancias. La habitación más importante de la vivienda occidental, situada en el centro de su lado norte, contó con alcobas en los extremos y una letrina, lo que indica que fue ocupada por un personaje importante en la Corte, a cuyas necesidades se atendía desde la vivienda oriental, que, además de alcobas, contaba con una cocina erigida en el patio y una estancia donde se despiezaba la carne.

Por tanto, la función residencial de la vivienda occidental es clara, aunque su emplazamiento dentro del alcázar, controlando el paso hacia las terrazas inferiores, indica que además fue utilizada por una parte de la guardia de palacio. Por el contrario, la vivienda oriental era el punto de llegada de alimentos al palacio, lo que demuestra su carácter doméstico (zona de servicio de la vivienda occidental), confirmado por el hallazgo en sus desagües de esta vivienda de abundante material cerámico.

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Texto: Jesús Pijuán.