Museo Julio Romero de Torres
Las dependencias que en la actualidad ocupan el Museo Julio Romero de Torres y el Museo de Bellas Artes pertenecieron en primera instancia al antiguo Hospital de la Caridad, institución que fuera patrocinada por los Reyes Católicos a finales del siglo XV y regida por la Orden Tercera de San Francisco, desempeñando en citado inmueble, hasta el año 1837, la labor de atención a los enfermos.
Desde mediados del siglo XIX el edificio sufre numerosas reformas, albergando a varias instituciones culturales de la ciudad, como es el caso del Museo Arqueológico, que residió bajo su techo entre los años 1868 y 1917, o el Museo Provincial de Bellas Artes, acogiendo, incluso, la vivienda del conservador y director del mismo, Rafael Romero Barros, padre de Julio Romero de Torres. Nuestro autor nació bajo estas paredes, en las estancias donde hoy se encuentra su museo.
Cuando fallece Julio Romero de Torres el 10 de Mayo de 1930, su viuda, Francisca Pellicer, y sus hijos, Rafael, Amalia y María, decidieron no vender las obras que aún tenían en su poder, pues su intención fue desde primera hora crear un museo con ellas. La familia donó a la Ciudad de Córdoba, entre otros, los lienzos presentados en la Exposición Iberoamericana celebrada en Sevilla un año antes.
El 23 de Noviembre de 1931 se inauguró el Museo Municipal Julio Romero de Torres, contando con la presencia del Presidente de la II República, Niceto Alcalá Zamora, natural de Priego de Córdoba. En 1934 se ampliaron las instalaciones con motivo de la adquisición de unos inmuebles colindantes, incorporándose una segunda planta.
Con el tiempo, el museo ha ido aumentando su patrimonio constantemente, comenzando por el mobiliario del estudio que tenía el pintor en Madrid, que hoy constituye el grueso de la Sala Íntima del mismo. Por otro lado, el Ayuntamiento ha ido adquiriendo obras del autor durante estos últimos años, con el objetivo de engrosar y enriquecer la ya de por sí riquísima colección que nuestra ciudad posee.
LAS SALAS DEL MUSEO
SALA I: Entorno familiar
En esta sala tiene como objetivo acercarnos a la figura del artista. Nos encontraremos caricaturas, esculturas del pintor y su padre (Rafael Romero Barros), obras de éste y retratos de Julio pintados por otros artistas. Se trata de una sala dedicada también a la cartelería, ya que, Romero de Torres participó en la conocida corriente contemporánea nacida en Francia del cartel como medio de comunicación, y realizó una serie de obras en la que se integra en la nueva tendencia. Fueron los carteles los que marcaron definitivamente la popularidad del pintor. Esta actividad cartelista de Julio Romero de Torres fue conocida fundamentalmente por su participación en diversas empresas publicitarias, básicamente por los carteles ejecutados para las Bodegas Cruz Conde y la Unión de Explosivos Ríotinto.
SALA II: Primera época
Las obras de juventud de Julio Romero de Torres están marcadas por el luminismo, y pasan por el modernismo y simbolismo hasta llegar al realismo que expresa en sus paisajes y bodegones. Romero de Torres en su primera etapa como artista pintó varias obras dentro de la línea de la pintura social, y con un mismo estilo que caracterizan y definen sus comienzos.
SALA III: La capilla
En esta sala, el protagonista es la particular visión más mística del artista. El pintor llevó a sus obras los temas clásicos, pero de manera muy personal, y en muchas de sus obras otorgó una mezcla de espiritualidad y sensualidad a las figuras.
SALA IV: El origen de lo hondo
Los cuadros de Julio Romero de Torres no son otra cosa que motivos del cante hondo: “un símbolo de cada copla”. Su admiración por los cantes y por la guitarra, y sus conocimientos flamencos, es lo que lo animaron con apenas 20 años a participar en el incipiente concurso de Cante de las Minas en la Unión de Murcia en el que actuó como cantaor. El resultado no debió ser muy alentador y Julio Romero de Torres volvió a los pinceles, sin por ello perder su pasión por el flamenco, y que originó una parte importante de su producción pictórica. En estas obras “el cante” aparece como símbolo del flamenco andaluz.
Julio Romero también rinde homenaje a antiguas cantaoras y bailaoras de la época. En muchos retratos incorpora la guitarra, como símbolo de su eterna afición al flamenco de este pintar de Andalucía, tierra de nostalgia y alegría.
SALA V: Semblanzas
Julio Romero de Torres fue eminentemente un pintor retratista. Con sus más de 500 retratos le dedicó a la mujer gran parte de sus composiciones. Pintó a la aristocracia y a las clases populares, personas de diferentes clases sociales, pero donde el pintor alcanzaba su máxima capacidad de creación es cuando no estaba limitado por las exigencias del encargo.
SALA VI: La esencia de Córdoba
En esta sala se puede apreciar el sentimiento de Julio Romero de Torres por su tierra. Desde la distancia pinta con nostalgia su ciudad, el recuerdo de su río, el silencio de sus plazas; sus monumentos y sus costumbres se hacen protagonistas en esta serie de obras, como son “Virgen de los Faroles“, “Ángeles y Fuensanta“, “Poemas de Córdoba” donde rememora antiguas culturas de la ciudad. En estas obras confluyen tonalidades sombrías y tenebristas, característica que nos sitúan en los últimos años de la vida del pintor, en los que su paleta se oscurece.
OBRAS SINGULARES
La chiquita piconera
Óleo y temple sobre lienzo.
Dimensiones: 100 x 80 cm.
Fecha: 1930.
Considerada una de sus obras cumbres, fue realizada pocos días antes de morir el autor, y presentada en la Exposición Iberoamericana de Sevilla.
María Teresa López, la bellísima modelo cordobesa, se nos presenta sentada, mirando directamente al espectador, apoyando sus relajados brazos sobre sus rodillas. De fondo, a través de una ventana, se aprecia el atardecer en el Paseo de la Ribera cordobés, como si el autor quisiera establecer un paralelo con el ocaso de su propia vida.
Con el paso de los años, esta obra se ha convertido en icono, llegando incluso a ser reproducida por la Fábrica Nacional de Moneda y Timbre en un sello de 5 pesetas.
Naranjas y limones
Óleo y temple sobre lienzo.
Dimensiones: 104 x 70 cm.
Fecha: 1927.
Como en el caso anterior, estamos ante una obra de madurez. En este caso contó con la modelo Asunción Boué, que ya participó en obras como Celos o Salomé.
Julio Romero de Torres trata el género del bodegón de manera muy personal, otorgándole, cómo no, un papel muy destacado a la mujer. La modelo sostiene, semidesnuda, varias naranjas ante su pecho, a la vez que mira directamente al espectador, adquiriendo la composición un fuerte componente erótico.
Como fondo, el autor eligió un patio típico cordobés, donde el blanco de las paredes contrasta con el verde de las macetas y el árbol, que precisamente es un naranjo.
¡Mira qué bonita era!
Óleo sobre lienzo.
Dimensiones: 148 x 210 cm.
Fecha: 1895.
Con esta obra se dio a conocer Julio Romero de Torres oficialmente en la Exposición Nacional de 1895, obteniendo una mención de honor. La escena que inspiró al artista, fue un hecho sucedido en su juventud. En el popular barrio de Santa Marina, murió una joven de quince años, Julio Romero la vio en su ataúd y decidió pintar a la joven muerta en la habitación rodeada de sus parientes.
El lienzo reúne los tres aspectos que conmoverían más profundamente el espíritu de nuestro pintor: la mujer, la muerte y la copla. De ésta última, concretamente de una conocida soleá, es de donde el pintor obtendría el título de la obra: ¡Mira qué bonita era!
La escena representa a una joven que yace muerta en su ataúd, los familiares lloran a su alrededor. La iluminación viene de una ventana situada a la izquierda, en la que se asoma un muchacho desde el exterior. Custodiando el féretro, se encuentran dos velas que parecen a punto de apagarse por el viento que entra a través de la ventana.
CONTACTO
Dirección: Plaza del Potro, 1. 14002. Córdoba.
Teléfono: +34 957 491 909 / +34 957 485 010.
Bus: Líneas 3, 4, 7 y 16.Horario:
- Del 16 de septiembre al 15 de junio.
Martes a Viernes: 8:30h a 19:30h.
Sábados: 9:30h a 16:30h.
Domingos y festivos: 9:30h a 14:30h.
Lunes cerrado. - Del 16 de junio al 15 de septiembre.
Martes a Sábado: 8:30h – 14:30h.
Domingos y festivos: 9:30h a 14:30h.
Lunes cerrado.
Precio:
- Adultos: 5€.
- Estudiantes: 50%.
- Entrada gratis: Menores de 18 años, mayores de 65 años, jubilados, profesores y personas con discapacidad.
Cómo llegar:
El Museo Julio Romero de Torres está situado en uno de los lugares más emblemáticos de la ciudad, la Plaza del Potro, emplazamiento existente desde el siglo XIII, fechas en que la ciudad es reconquistada por Fernando III el Santo. A la plaza podemos acceder con gran facilidad, ya que se encuentra muy cerca del Paseo de la Ribera, calle que acompaña al río Guadalquivir en su paso por Córdoba. Si llegamos desde el centro de la ciudad, por ejemplo desde la Plaza de las Tendillas, apenas tendremos que atravesar dos calles, C/ Claudio Marcelo y C/ San Fernando.
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