Como viene siendo una constante en la serie de arqueólogos cordobeses, Ana María Vicent Zaragoza nació lejos de las orillas del Guadalquivir, en la levantina ciudad de Alcoy en 1923. Sus primeros años como profesional los pasó en la capital del Turia, tras licenciarse en Historia, trabajando en la Universidad de Valencia y en el Museo de Bellas Artes de San Carlos, de la misma ciudad. Sus pasos la llevaron a Madrid, donde siguió compatibilizando la investigación con la docencia. Allí, en 1959 aprobó, con el número uno de su promoción las oposiciones al Cuerpo Facultativo de Archivos, Bibliotecas y Museos.
Ana Mª Vicent llegó a Córdoba en 1959 para convertirse en la directora del Museo Arqueológico, cargo que ocupó durante treinta años. A ella le debemos la modernización e incremento de colecciones en el Museo. Consiguió que la nueva sede del Museo, el palacio de los Páez de Castillejo, fuera declarado como Monumento Histórico Nacional en 1962. Tras unos años de rehabilitación del edificio, la sede se inauguró en mayo de 1965. Los primeros años fueron los de la consolidación y la adaptación a los tiempos modernos de las instalaciones y del propio concepto del museo. Así, se afanó en que la biblioteca especializada, estuviera dotada de las últimas novedades investigadoras; creó la revista “Cordvba Archaeologica”, donde se publicaban muchos de los hallazgos de la época… Consiguió que el Museo Arqueológico de Córdoba se convirtiera en un referente en toda España.
Al igual que todos los nombres insignes que estamos reseñando en este blog, fue una luchadora incansable por el patrimonio histórico, cultural y arqueológico de la ciudad. Así, participó en un sinfín de excavaciones y salvó de la destrucción un gran número de portadas, palacios e iglesias. Fruto de todo este arduo trabajo fueron más de medio centenar de publicaciones de carácter nacional e internacional. Siempre consideró que los hallazgos tenían que mostrarse a la comunidad investigadora y ser debatidos y revisados en los foros oportunos.
Al margen de convertirse en un personaje clave y muy querido por la cultura cordobesa de la segunda mitad del siglo pasado, su labor fue recompensada con cargos en importantes instituciones y premios y distinciones. Fue miembro del Instituto Arqueológico Alemán, de la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando, de Santa Isabel de Hungría y de la Real Academia de Ciencias, Bellas Letras y Nobles Artes de Córdoba. En 1969 recibió la Medalla al Mérito Turístico y la Medalla de Oro al Mérito de la Ciudad de Córdoba.
Ana Mª Vicent Zaragoza no sólo fue un referente para la arqueología en Córdoba, sino que fue la primera gran dama del patrimonio cordobés. Una mujer pionera que ha marcado el camino para cientos de mujeres que hemos decidido, de una forma u otra, dedicar nuestra pasión y nuestra vida al gran Patrimonio histórico, cultural y arqueológico de la milenaria ciudad de Córdoba.
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Historiadora, Arqueóloga e Intérprete de Patrimonio
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