Córdoba es uno de los destinos más cotizados por parte del turista nacional y extranjero. A lo largo del año, miles y miles de visitantes recorren nuestras calles, entran en nuestros monumentos y comparten con nosotros sus momentos de ocio en antiguas tabernas. Pero ¿Por qué eligen Córdoba? ¿Qué tiene de especial esta ciudad? Aunque diez razones son pocas, intentaré condensarlo en estos puntos.
1. Mezquita-Catedral: Patrimonio de la Humanidad desde 1984
La presencia de este monumento único en el mundo es una razón por sí misma para visitar Córdoba; un edificio con más de mil años de Historia. A finales del siglo VIII, Abd al Rahman I comenzó a levantar una mezquita que, tras su última ampliación en el siglo X, tenía una superficie de más de 20.000 metros cuadrados y un bosque de 1.300 columnas de mármol. Tras su consagración como templo cristiano con la conquista del rey Fernando III en 1236, se construyó, en su interior, la Catedral. Una Historia singular y mil detalles que descubrir en su interior. 2. El casco histórico, Patrimonio de la Humanidad
En el año 1994, la UNESCO declaró el casco histórico de Córdoba Patrimonio de la Humanidad. Esta declaración afecta a todo el recinto amurallado lo cual hace del mismo uno de los más grandes de toda Europa. Sin lugar a dudas, la extraordinaria riqueza monumental conservada fue el principal criterio que llevó a la comisión de la UNESCO a decantarse por nuestra ciudad.
Para todos los cordobeses es un privilegio y una responsabilidad convivir a diario con esta denominación. Córdoba ya no sólo es nuestra sino que pertenece a toda la Humanidad y, por lo tanto, tenemos que luchar a diario para mantenerla y darla a conocer a las generaciones presentes y venideras. 3. Una Historia milenaria
Fundada por los romanos a mediados del siglo II a.C., aunque con unos orígenes mucho más arcaicos, Córdoba es una de las ciudades más antiguas de España. Romanos, visigodos, musulmanes y cristianos han habitado esta tierra antes que nosotros. 2000 años de vida confieren un carácter muy especial a la ciudad y a sus ciudadanos. En pocos lugares puedes ver, de un solo golpe de vista, vestigios de gran valor y de tantas épocas diferentes.
4. Monumentos
Córdoba es mucho más que la Mezquita-Catedral. Calahorra, Puente Romano y Puerta del Puente conforman el paisaje del Guadalquivir; Alcázar y Baños recuerdan el pasado musulmán; la Sinagoga medieval es uno de los pocos templos de este tipo conservados en España; y multitud de iglesias nos remontan a la conquista cristiana de la ciudad por parte del rey Fernando III. Todo esto al interior de un casco histórico Patrimonio de la Humanidad. Si salimos de él, podemos ir a las ruinas de la ciudad omeya de Medina Azahara, o visitar el castillo de Almodóvar, o tener un momento de recogimiento en las Ermitas. Córdoba, como ven, da para mucho.
5. Su comida
La riqueza gastronómica cordobesa da para una entrada individual. Si pasean por nuestra ciudad y llega la hora de comer no olviden pedir nuestros platos “estrella”: el salmorejo, esa crema fría de tomate y pan; el flamenquín, hecho de carne de cerdo rellena de jamón serrano; el rabo de toro, cocido a fuego lento; las berenjenas con miel de caña por encima; o la japuta en adobo, cazón macerado con diversas especias, rebozado y pasado por la sartén.
Y todo esto acompañado del extraordinario vino de la tierra. Casi todos los años los vinos de la denominación Montilla-Moriles se llevan algún premio. Por algo será.
6. Un clima extraordinario
A pesar del calor de los meses de verano, Córdoba cuenta con un clima de tipo mediterráneo envidiable. Así, la media máxima anual ronda los 30 grados, mientras que la mínima está en torno a los 17. Con estas temperaturas y más de 150 días despejados al año, Córdoba es un destino en el que el buen tiempo suele estar garantizado. Además, el clima va a tener mucho que ver con el siguiente punto.
7. Su gente
Con un clima tan agradable, la vida en Córdoba se hace, sobre todo en la calle. Esto nos dota de un carácter amigable y extrovertido que compartimos con cualquiera que se acerca a nosotros. Siempre encontrará en los cordobeses, gente con la que conversar, que no sólo le indicarán cómo se llega a su hotel sino que, si pueden, les acompañarán e incluso les recomendarán un par de tabernas.
Con respecto a la tan traída y llevada belleza de la mujer cordobesa, tendrán que venir a comprobarlo… Pero ya les adelanto que tiene mucho de verdad.
8. Los patios cordobeses
El Festival de los Patios Cordobeses, que se celebra cada mayo en toda la ciudad, fue proclamado Patrimonio Inmaterial de la Humanidad por parte de la UNESCO en 2012. Este reconocimiento viene a ensalzar una de las tradiciones más queridas y arraigadas en la ciudadanía cordobesa: el arte de decorar con flores los patios de las antiguas casas de vecinos y abrir sus puertas al mundo cuando están en el máximo esplendor de su floración.
9. Calles, callejas y plazas
Ya lo hemos comentado con anterioridad: Córdoba lleva en el mismo sitio más de 2000 años y eso se nota. En esta ocasión nos centramos en los lugares por los que pisamos, en aquellos espacios de tránsito que guardan el aroma de épocas pasadas: calles de tendencia recta que nos recuerdan al trazado romano; estrechas callejas de claro origen musulmán; o grandes plazas de marcado carácter comercial, ya de época medieval y moderna. Blanco Belmonte, la Hoguera, las Flores, el Potro, Capuchinos o la Corredera son sólo unos pocos nombres de todo lo que puede encontrar en nuestra ciudad. Para ello, anímese a descubrir.
10. Las fiestas
En Córdoba casi no hay un mes al año en el que no encontremos una fiesta señalada. Si recala en nuestra ciudad un 24 de octubre, quizás le sorprenda encontrar las tiendas cerradas y a pocos cordobeses en la calle, pero es que es el día de San Rafael, nuestro Arcángel Custodio, y puede que estemos celebrándolo con la familia al calor de una fogata mientras guisamos y degustamos un arroz.
Qué decir de la Semana Santa, a la que le hemos dedicado recientemente una entrada en este blog. Simplemente, no se la pierda. Cultura, tradición y devoción recorriendo las calles de la ciudad.
Pero, sin lugar a dudas, lo más famoso es el “mayo cordobés”; un mes de mayo que curiosamente comienza a finales de abril con la romería de Santo Domingo y la “cata del vino”, unos días dedicados a este néctar de dioses que con tanto cariño criamos en nuestra campiña. Y desde ahí, hasta finales de mayo es un no parar: la Batalla de las Flores, las Cruces de Mayo, la romería de la Virgen de Linares, el Festival de Patios, Rejas y Balcones y la Feria de Nuestra Señora de la Salud. Si quiere divertirse hasta decir “basta”, si quiere beber “rebujito” y bailar una rumba o unas sevillanas en una plaza cordobesa, no lo dude: Córdoba en mayo.
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Historiadora, Arqueóloga e Intérprete de Patrimonio
Cómo extraño pasear x tus calles y ese puente romano el arco y la mezquita..
Qué bonitos córdoba es bella la gente que viene a verla se enamora de Córdoba aunque tiene un embrujo especial
belleza pura, el puente romano, la puerta, el Arcángel Gabriel, la mezquita y un río manso bordeando la ciudad
Grande Sarai
Saray profesional de la cabeza a los pies. Gracias por llevar tu profesionalidad de la manera que lo haces.
Hola!
Diez razones me parecen pocas. Cada vez que voy me encanta perderme por la Judería y encontrar rincones nuevos.
Saludos
Gracias. Córdoba es realmente una ciudad muy bonita. Un lugar perfecto para relajarse y disfrutar de la belleza de la vida en un entorno encantador.