Entre los años 1965 y 1968 se llevaron a cabo una serie de obras de construcción en los solares nº 2-8 de la calle Ángel de Saavedra, dando como resultado el hallazgo de un importante conjunto de elementos arquitectónicos, epigráficos y escultóricos de época romana. Dichos descubrimientos llevaron a Ana Mª Vicent, directora del Museo Arqueológico de Córdoba a establecer en la denominada zona de “Altos de Santa Ana” (denominación derivada de la cercana calle Alta de Santa Ana, localizada junto al convento del mismo nombre, pero también hace referencia a la posición preeminente que posee este lugar con respecto al sector sur de la ciudad) la localización de un espacio público monumental. Un elemento relevante para esta interpretación fue el estudio de los restos escultóricos hallados durante el proceso de obra, los cuales establecían la existencia en Corduba de un culto u homenaje hacia la dinastía Julio-Claudia desde época temprana. La mayor parte de estas esculturas se encontraban muy fragmentadas, aunque podemos destacar un retrato de la emperatriz Livia, tres estatuas femeninas y un fragmento perteneciente a una efigie masculina del tipo Hüftmantel.
En 1990 se volvió a intervenir en esta zona, donde se llegó a documentar el pórtico de un gran edificio romano de principios del siglo III d.C. A este edificio le fue atribuida una cronología de época severiana, que posteriormente sería ratificada como consecuencia del análisis arquitectónico de las piezas procedentes de las excavaciones en la Casa Carbonell. Sin embargo, los descubrimientos de la calle Ángel de Saavedra no sólo aportaron material arqueológico de indudable interés, sino que también impusieron un debate en torno a la función de los distintos espacios públicos de Colonia Patricia Corduba. En su día, Ana Mª Vicent y Alejandro Marcos establecieron la idea de que el foro provincial se localizaría en el espacio comprendido por las calles Cruz Conde y San Miguel (tradicionalmente denominado como Foro Colonial), mientras que el foro de “Altos de Santa Ana” tendría un papel secundario.
A pesar de la localización y datación de los diferentes foros de Corduba, lo cierto es que su interpretación sigue siendo a día de hoy objeto de debate, más aún tras las excavaciones realizadas en torno al templo romano de la calle Claudio Marcelo entre 2001 y 2003, que evidenciaron la existencia de un circo que quedaría conectado al templo por medio de una plaza intermedia, conformando de este modo un complejo monumental de culto imperial de la provincia
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