Situado al oeste de Córdoba, a unos 17 kilómetros, se sitúa el pueblo de Encinarejo, tan sencillo y tan bello a la vez, con sus casas encaladas en blanco, las cuales, conservan aún un aire colonial, propio de los años 50 del siglo XX en los que las tierras de labranza, fueron repartidas entre los agricultores que las explotaban para construir sus hogares y continuar así con las labores agrarias.
Desde ese momento, el lugar sería denominado como Encinarejo de los Frailes al haber pertenecido sus tierras al Cortijo de los Frailes Jerónimos, el cual, es hoy parte del término municipal de Villarrubia.
Un pueblo, que desde el siglo I d.C. fue colonizado por agricultores tal y como lo han atestiguado los vestigios de una villa romana que duerme bajo el pueblo y en la que se desarrollarían trabajos agrícolas y cuyo nombre parece ser que se identifica con el de Auxinianos.
Articulado en torno a su plaza principal, su urbanismo responde a una planificación ortogonal habiendo sufrido el pueblo diversas ampliaciones sobre todo, en la década de los 80 en las que se ha continuado respetando ese aire colonialista que respiran sus casas al exterior, así como el Ayuntamiento, que abre a esta plaza.
En uno de los laterales de la citada plaza principal, se encuentra la iglesia, totalmente encalada y a la que se accede mediante un gran arco de medio punto actuando como soportal y en cuyo interior encontramos un vano adintelado que posee la puerta de acceso. La imagen de San Isidro Labrador, patrón de la localidad se encuentra presidiendo el interior de la misma. En su lado oriental se encuentra su característica torre-campanario cuya parte superior ha sido elegida por las cigüeñas para construir un gran nido constituyéndose así en una de la imágenes más características y más llamativas de la localidad.
Otro de sus atractivos es el paisaje que lo rodea, dominado por el río Guadalquivir y en torno al cual podemos descubrir el desarrollo del denominado bosque de galería cuyas especies vegetales más importantes son el olmo, el eucalipto el sauce. Aquí también podemos descubrir una muy variada fauna que utilizan este espacio como lugar de tránsito o hábitat; es el caso del águila pescadora, la garceta o el milano común. Insertas en el paisaje, podemos encontrar distintas vías de comunicación que tienen su origen en los caminos de servidumbre para la puesta riego de gran parte de la Vega cordobesa.
En cuanto al ámbito cultural y festejos se refiere, la localidad celebra el día 5 de abril la Constitución como pueblo y el 15 de mayo se celebra el día de San Isidro Labrador, momento en que tiene lugar una feria y se saca a la imagen en procesión por las calles para lograr la bendición de los campos.
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