En la entrada de hoy hablaremos de Doña Victoria Domínguez Domínguez o más conocida como “La abuela de los patos”. Ella era la dueña del kiosco de golosinas que se encontraba junto a una de las entradas al conocido como “Parque de los Patos”, más concretamente la que está junto a la escultura en honor a Julio Romero de Torres. Tanto ella como su marido dispensaron durante décadas chucherías y maíz para dar de comer a las palomas.
Otra imagen con la que la podemos asociar fácilmente es mientras le daba de comer ella misma a las palomas. Pero su vida se vio trágicamente truncada el 16 de octubre de 2006 cuando, tras haber cerrado su puesto, un hombre vino a atracarla buscando llevarse la recaudación que Victoria había hecho. Al negarse esta, el ladrón le asestó varias puñaladas, acabando con su vida. Tras su muerte, se pudo ver a las palomas durante días posadas en su kiosco esperando que ella viniera a darles de comer.
Con la intención de honrar al matrimonio que había regentado este puesto durante décadas, el ayuntamiento decidió dedicarles, especialmente a ella, una escultura. Esta se encuentra al lado del que fue su lugar de trabajo durante toda su vida. El pequeño monumento esta compuesto en su base por una placa de 12 milímetros de grosor de acero corten, de la que nacen un par de manos en las que se pueden apreciar signos de la edad. Estas están dejando escapar una paloma. Hay también una inscripción alusiva a los “Abuelos de los patos”: “A unas buenas personas, a su humildad, y sacrificio en la vida, por su inmejorable corazón, y buen hacer hacia los demás, los abuelos de los patos”
Esta escultura fue realizada por Miguel Ángel González. La inauguración se produjo en diciembre de 2007. A esta asistió una de las nietas de Victoria, además de la alcaldesa de Córdoba en aquel momento, Doña Rosa Aguilar y por supuesto centenares de familiares y amigos que se acercaron para rendir su propio homenaje a este personaje de la ciudad.
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Muy bonita historia.
Se trata del puesto del “sevi”?
Así es como lo llamábamos los vecinos de los jardines de los patos.
esta historia es muy bonita ,que pena yo los conocia al matrimonio de las margaritas de toda la vida ,el sevi vivia frente al horno de pan
Era una gran señora
Todos debemos conocerla y no olvidarles. Que buenos ratos viendo a mis hijos dando de comer a las palomas.
Esta abuela fue la que a diario yo compraba mis chuches, phoskitos, pan y leche.
Su marido atendía el kiosko y ella una muy pequeña tienda frente a mi casa en la Huerta de la Reina, cuando su marido falleció ella cerro la tienda y se fue a continuar con el kiosko de los patos hasta que un hijo de su madre le arrebató la vida.
Yo también la recuerdo es parte de mi infancia aun me acuerdo de cuando mi abuelo me llevaba y comprábamos comida para los palomas y golosinas y nos sentábamos en los bancos a echarles de comer.
Me acuerdo cuando sin querer, le tire una caja de melones de gominola, que mal me sentí, se los recogí todos jejejeje. Una persona muy grande.