La zona de la avenida América, en el cruce con la Acera de Guerrita, se conoció como los Llanos del Pretorio, por una ermita así llamada, de estilo neoclásico, que poco parece tener en común con la zona en la que se levanta, una de las más modernas de Córdoba. Esta zona es el resultado de la remodelación de finales del XX tras el soterramiento de las vías de tren y la eliminación del antiguo Viaducto. Y es que, efectivamente, esa ermita no se situaba originalmente en este lugar, sino frente al antiguo Convento de la Merced, hoy sede de la Diputación Provincial, en el camino que salía de Córdoba hacia la Sierra.
La ermita comenzó a construirse la década de lo 1860, para albergar el cuadro de Jesús en el Pretorio. En origen, este cuadro se situaba en un humilladero del siglo XVIII construido en un callejón que se formaba entre las tapias de las huertas del antiguo Convento de la Merced y de la Huerta de la Reina. Tenía mucha devoción el Señor del Pretorio, no sólo entre los vecinos del barrio, sino también entre los piconeros o quienes iban hacia la sierra. Así que cuando el humilladero quedó en ruinas tras el derribo de los muro de la Huerta de la Reina -por la llegada del ferrocarril-, y la imagen fue trasladada a la cercana iglesia de San Miguel para su protección, fueron muchos los que comenzaron a reclamar el regreso de su imagen. El Ayuntamiento comienza las obras en 1867, pero la falta de presupuesto hace que pronto se paralice. Se realizó entonces una colecta popular, a la que colaboró el torero Lagartijo -uno de los Califas del Toreo de Córdoba- con un festival benéfico. El costo total de aquella obra fue de 2.332 pesetas. Curiosamente la obra la realizó Mateo Inurria Uriarte, padre del escultor Mateo Inurria.
Una vez la ermita se completa y es bendecida, en enero de 1872, será la familia del propio Lagartijo la que quede al cargo del cuidado de la misma. El torero, al igual que muchos otros, tenía gran devoción por esta imagen, y acostumbraba a pararse ante ella en su camino al Coso de los Tejares. En la década de 1960, su cuidado pasa a otras manos, también particulares.
Finalmente, en 2002 comienzan las obras para el traslado a su ubicación actual, apenas 50 metros más al norte de su ubicación anterior. Estas obras, realizadas a cargo de la Diputación Provincial, restauraron y consolidaron la ermita, además de reubicarla.
Hoy, a modo de recuerdo, puede verse donde estuvo la ermita, mediante la señalización de la planta de la misma en el pavimento. En el mismo sitio, por cierto, se levanta un pequeño monumento homenaje a las policías María de los Ángeles García García y María Soledad Muñoz Navarro, asesinadas en 1996.
[wpgmza id=”1″] “Antigua ubicación de la ermita”
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Historiadora del arte e Intérprete del Patrimonio
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