El pasado domingo 7 de junio se celebró en Córdoba la tradicional procesión del Corpus Christi. La procesión se realiza para la exaltación del Cuerpo y la Sangre de Cristo, es decir, el sacramento de la Eucaristía. Dicha festividad hunde sus raíces en el siglo XIII, cuando el Papa Urbano IV decreta su celebración. Esta tiene lugar 60 días después del Domingo de Resurrección, es decir, en jueves. La procesión, sin embargo, se realiza en muchos lugares el domingo siguiente.
La procesión del Corpus tiene como principal elemento la Custodia. Una pieza de orfebrería que en el caso cordobés es obra de Enrique de Arfe, un orfebre que se asienta en España en torno al año 1506. Seguramente fuera de origen alemán y su llegada se produzca junto a la corte de Felipe el Hermoso o Carlos I. Las custodias que realizó son piezas con formas arquitectónicas goticistas, como torres, de varios cuerpos realizados en oro y plata tallados. Sentarán el modelo para las obras posteriores, si bien estas van evolucionando acorde a los nuevos lenguajes arquitectónicos.
En 1514, cuando trabajaba en la Custodia de Toledo, Arfe recibe del obispo Martín Fernández de Angulo el encargo de realizar una Custodia para Córdoba. La obra estuvo terminada en 1517 y el año siguiente será la primera vez que procesione. Hasta entonces, la fiesta exhibía una pieza hecha de madera dorada, de la que no se sabe si sería una Custodia de asiento o portátil.
Las custodias de asiento son piezas de gran formato, generalmente con forma de torre en el caso de las españolas, mientras que las portátiles son más pequeñas; es muy habitual en el caso de estas últimas que la Sagrada Forma se aloje en la parte superior, en forma de sol.
La Custodia de Arfe, que se expone permanentemente en la Capilla de Santa Teresa de la Mezquita Catedral, es una pieza de asiento de más de dos metros y medio de altura y 200 kilos de peso. En su ejecución trabajaron también orfebres cordobeses, que aprendieron de Arfe. Su técnica depuró la local y comienza una época dorada en la que se revitaliza esta artesanía y será reconocida en toda España.
La planta es dodecagonal: se asienta sobre una base decorada con escenas bíblicas talladas en bulto redondo, pieza a pieza. Sobre este, se elevan dos alturas con arbotantes y pináculos, tan propios del arte gótico; en el inferior se aloja el viril, es decir, la pieza destinada a exponer la Hostia Consagrada que representa el Cuerpo de Cristo. El conjunto se remata con una imagen de Nuestra Señora de la Asunción, advocación de la Catedral de Córdoba. El capitel de plata sobre el que se expone es una obra barroca.
Los recorridos de la procesión del Corpus han variado a lo largo de la historia, pero siempre llegando a la plaza de las Tendillas. En 2013 se alteró este recorrido por obras y marchó hacia el Potro en su lugar. En 2014 volvió a cambiar, y el motivo no puede ser más curioso: un partido de fútbol. Una cosa que no hemos comentado es que la procesión del Corpus en Córdoba tiene lugar por la tarde, en lugar de por la mañana como es habitual. Esto se debe a un privilegio papal otorgado en el siglo XVI. En algunos casos ha sido trasladada a la mañana debido a la coincidencia con algunos eventos en la ciudad, como una corrida de toros o la celebración de Elecciones, pero no es lo habitual. Así, el pasado año, esa tarde del 22 de junio en que debía celebrarse la procesión, el equipo local de fútbol -el Córdoba C.F.- se jugaba el ascenso a primera división. La posibilidad de que ganara convertiría la plaza de las Tendillas y alrededores en un hervidero -como efectivamente ocurrió- por lo que en lugar de subir hasta dicha plaza, el trayecto se organizó en torno a las calles de la Mezquita Catedral. Ante la buena acogida que tuvo, este año 2015 ha repetido recorrido. Está por ver qué ocurrirá el año que viene, aunque previsiblemente haya quedado establecido este nuevo trayecto y haya quedado inaugurada una nueva etapa en esta tradición centenaria.
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