El Sitio Histórico de la Zona Minera de Cerro Muriano, que abarca un amplia área de un bello paraje de Sierra Morena, ha sido recientemente declarado como Bien de Interés Cultural e inscrito en el Catálogo General del Patrimonio Histórico Andaluz. Protegido pues frente a las agresiones urbanísticas que pudieran haber afectado gravemente a su riqueza arqueológica y medioambiental, bien merece una visita, a su Museo del Cobre y Parque Arqueológico -que dicho sea paso también merecen más atención por parte de las instituciones- para disfrutar de su historia y paisaje.
La afamada población cordobesa de Cerro Muriano hunde sus raíces en la Prehistoria, concretamente en la Edad del Cobre. Asentada directamente sobre una de las vetas metalíferas más ricas de Sierra Morena, su origen se relaciona directamente con la explotación de cobre y otros minerales asociados desde momentos tempranos, hacia el tercer milenio a.C. Desde entonces la intensa actividad industrial derivada del beneficio del metal, abandonada a mediados del siglo XX, ha sembrado generosamente el paisaje de restos antiguos y modernos transformándolo en un paraíso para la Arqueología Industrial.
Se trata de todo un conjunto de yacimientos en los que se manifiesta perfectamente la evolución de las tecnologías desarrolladas por el Hombre para la obtención del preciado metal, desde los primitivos hornos, pozos superficiales, socavones y escombreras prehistóricos que podemos encontrar en torno a la Mina Quitapellejos y los cerros de La Hoya y del Depósito a la complejidad estructural de lavaderos, tolvas y fundiciones construidos por la Córdoba Cooper Company inglesa en el entorno del Cerro de la Coja y el actual caserío a comienzos del siglo XX.
Auque parece ser en época romana cuando la actividad minera de la zona se hace más intensa e incluso conocida por todo el Imperio. En el primer siglo de nuestra era su poderoso propietario, Sexto Mario, amigo personal de Tiberio, es acusado por éste de cometer incesto y sus posesiones son confiscadas por el propio emperador. Tanto Sierra Morena como Cerro Muriano deben así el origen de sus topónimos al famoso “cobre mariano”, citado por Plinio en su Historia Natural y extraído de los Mons Mariani donde Sexto Mario, “el más rico de las Hispanias” según Tácito, tenía sus posesiones. Testimonio de tan prolífica actividad son los abundantes restos romanos hallados en el propio Cerro de la Coja, los pozos de S. Rafael, S. Lorenzo y Sta. Victoria pero sobre todo la mina y fundición de las Siete Cuevas, bien conservados y que han permitido documentar todo el sistema y tecnologías para obtención del mineral en dicha época.
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