Nuestro querido museo alberga una de las colecciones arqueológicas más importantes y completas del Estado, proveniente del inmenso patrimonio que atesora la provincia cordobesa. A la lista de piezas excepcionales que venimos tratando, hemos de incluir otra joya de incalculable valor que carece de ejemplos similares, por sus características únicas. La Campana del Abad Sansón es un objeto ritual que fue utilizado en los momentos álgidos de Al-Ándalus, resonando en el paisaje privilegiado de la Sierra Morena califal.
La campana fue hallada durante los trabajos de limpieza de un pozo en el siglo XVI en un lugar indeterminado entre Trassierra y Espiel, y conservada, según nos cuenta el Semanario Pintoresco Español en 1843, en el monasterio de San Jerónimo (llevada allí por Ambrosio de Morales) hasta la primera exclaustración de 1809, cuando se traslada al Colegio de la Asunción. Tras las famosas Desamortizaciones de Mendizábal quedó bajo control de la Comisión de Monumentos y, finalmente se trasladó al Museo Arqueológico.
Esta magnífica pieza, realizada en bronce, es un valioso testimonio de la presencia cristiana durante la Córdoba califal y evidencia que la comunidad mozárabe todavía se encontraba en una situación pujante aun cuando no se libraba de ciertos conflictos internos. Se trata de la campana cristiana más antigua conservada en España, no exenta de cierta polémica pues tradicionalmente ha venido a relacionarse con un famoso clérigo cordobés que coexistió con San Eulogio y que se vio enzarzado en luchas teológicas con Hostegesis, Samuel y Servando, de cuyas tesis rehúye. Como resultado del conflicto sufre exilio voluntario a Martos, donde escribe su obra, aun conservada, el Apologético. Nacido en Córdoba en el año 810 y, fallecido en 890, no coincide cronológicamente con la datación de la pieza, cuya donación a la iglesia o monasterio de San Sebastián del Monte se realiza en 930, o sea, el año posterior a la autoproclamación de Abderramán III como califa.
La campana tiene forma semiovoidal con un asa acanalada soldada en la parte superior. Consta de un badajo de hierro que probablemente no sea el original. Es de pequeñas dimensiones, 21 x 20 cms., y presenta en todo su cuerpo exterior una serie de líneas en círculos concéntricos muy juntos, a lo largo de la pieza, hasta llegar a la parte superior, en la que destaca una valiosa inscripción en latín realizada con incisiones buriladas que reza así: OFFERT hOC MVNVS SAMSON ABBATIS IN DOMVM STI SABaSTIANI MARTIRIS XpI ERA dCCCCLX(L?)III. Transcrito como “El abad Samson ofrece este regalo a la casa (ermita) de S. Sebastián, mártir de Cristo, en el año de la Era 993”, existe alguna discrepancia en cuanto a la fecha exacta, por la interpretación de uno de los signos. Algunos autores transcriben DCCCCLXVIII con lo cual el año sería 968 Era Hispánica y, por lo tanto, correspondería a 930.
La inscripción ha sido considerada como definitiva para la datación final de la pieza, corroborado por la tipología de la campana, que nos permite encuadrarla cronológicamente en los primeros años del Califato. Por tanto el abad Sansón aludido en la inscripción y que protagoniza la donación de la campana no puede ser el famoso abad, teólogo y literato Sansón de Córdoba, fallecido en el año 890. O se trata de un abad Sansón diferente, o la fecha de la inscripción no ha sido correctamente transcrita.
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