Desde nuestro seguidor más fiel hasta los que se asoman al blog por primera vez, creo que con nuestras entradas se deja entrever fácilmente que todos los que hemos participado alguna vez en él, hemos intentado ser lo más riguroso posible para tratar el tema que queríamos presentar. La rigurosidad suele conllevar un mínimo de estudio, investigación y confrontación de datos. Si nos preocupamos por ello al escribir, imaginen a la hora de trabajar cuando estamos durante horas delante de nuestros visitantes intentando acercarles Córdoba. Dicho esto, aprovecho la oportunidad para pedir perdón por aquellas ocasiones en que he dado información errónea o equívoca, porque fue por falta de conocimientos y es algo que intento solventar poco a poco de la manera más humilde.
¿Por qué hablo de esto? Porque había un dato, si no crucial, al menos muy demandado en nuestra ciudad, que a mí se me escapaba por no encontrar unanimidad en las fuentes. Visitar Córdoba conlleva entrar a la Mezquita y hallarse ante el archiconocido bosque de columnas, y de ahí que surja la pregunta “¿cuántas columnas tiene la Mezquita?”. No es una pregunta que se tenga que plantear uno forzosamente, pero les puedo asegurar que es la pregunta más común que se nos plantea a los guías cuando avanzamos entre ellas con nuestros visitantes. Yo había leído desde más de 1000 hasta directamente no encontrar el dato, pasando por 750, hasta la persona que te dice “tiene 365 como los días del año, ¿verdad?” (desde aquí hago un llamamiento para saber de dónde sale dicha cifra de 365, porque en varias ocasiones me han hecho el comentario y me genera muchísima curiosidad).
La cifra oficial, al parecer, es 856. Sin embargo, yo no acababa de estar satisfecha. Las cifras iban por un lado, el bosque de columnas por otro y yo en medio. La inmensa mayoría de los datos no se pueden cotejar a simple vista como fechas, motivos, ideas, el pasado en general… Pero la manera más sencilla de saber cuántas columnas tiene la Mezquita era ir y contarlas. Durante meses dije en mis visitas que un día las contaría, y ese día llegó el pasado 7 de enero. Los Reyes Magos me echaron un “contador de personas”, ese artilugio que cabe en la palma de la mano, habitualmente plateado, y que llevan tanto los auxiliares de vuelo como las personas que controlan el acceso a los patios durante el Festival para calcular la afluencia de visitantes, y lo vi claro. He de decir que antes de ir a contarlas in situ, meses antes había empezado a contarlas sobre plano y ya tenía en mente una cifra aproximada. Algo que debe quedar muy claro es que la cifra que hoy puedo dar es de las columnas visibles desde el suelo, incluyendo las que están calzadas, las pareadas, las adosadas y las que casi han sido engullidas por las paredes, descartando columnillas como las de la entrada al mihrab, las ubicadas entre arcos polilobulados en niveles superiores, las del retablo mayor o las que están formando parte de la estructura que se quedaron escondidas e invisibles a los ojos del visitante. Mi depurado método científico, con un plano en una mano y el contador en la otra, llegó hasta el punto de contarlas una segunda vez el domingo pasado (debía escribir este artículo y quería asegurarme con un segundo recuento). Sin miedo a equivocarme, puedo asegurar que contar las columnas de la Mezquita (sin contar las del patio) implica unos treinta minutos de tiempo y que el número de columnas visibles asciende a 687, y como no descarto que se me pasara alguna, redondeando, hay casi 700 (del mismo modo tampoco descarto un tercer recuento). Con esto no quiero desdecir a nadie ni descartar cifras oficiales, ni ser referente de nada, no me gustaría ser malinterpretada, simplemente las conté para poder decir que estuve allí y que ése fue el número de columnas que vi.
Y ahora los animo a que en un paseo que den, se acerquen al Patio de los Naranjos y a modo de juego cuenten cuántas columnas ven (les aseguro que se cuentan mucho más rápido que las interiores y quizá se sorprendan del número resultante).
[magicactionbox id=”11191036″]Guía de turismo y licenciada en Traducción e Interpretación
Estuvimos el pasado día 2 de marzo y es evidente que no me dedique a contarlas. El motivo del presente comentario es para darte las gracias por el trabajo realizado. Me ha impresionado tanto la Mezquita cómo el trabajo que has realizado. Solo puedo darte las gracias