Córdoba engaña; dicen por ahí que se ve en una mañana; dicen que más allá de la Mezquita y el Alcázar no hay nada interesante. ¡Pobres ignorantes! Córdoba da para mucho; de hecho, da para mucho más que un fin de semana. Sin embargo, como muchas veces no contamos con más de dos días voy a intentar condensar lo más importante, para intentar ver Córdoba en dos días.
A día de hoy, con la línea de alta velocidad, se tarda en llegar a Córdoba menos de cuatro horas desde casi cualquier punto de España. Así que la lejanía y el tiempo no son excusa para no venir. A última hora de la tarde del viernes, ya se puede estar en Córdoba, preparados para disfrutar de un extraordinario fin de semana en una de las ciudades más bellas del mundo.
La tarde-noche del viernes es el momento de tomar contacto con la ciudad. Pasear por las calles céntricas y del casco histórico; ubicarse; y tapear algo por alguno de los muchos mesones o bares típicos. El paseo nocturno por la ciudad presenta una imagen casi mágica; los espacios que durante el día están repletos de turistas, cuando cae la noche se vacían y se colorean con la luz de las farolas y el rumor de las fuentes.
El sábado es el día importante del fin de semana; es el día de empezar temprano para aprovecharlo. Por la mañana, lo mejor es disfrutar del entorno de la Judería y de la Mezquita-Catedral. Hay mucho que ver: dos mil años de historia concentrados en sus calles y espacios. El Alcázar de los Reyes Cristianos y su entorno es un ejemplo claro de esta longevidad. Restos romanos, visigodos, del alcázar musulmán y del edificio cristiano se pueden ver en el segundo monumento más visitado de Córdoba. Muy cerca, los baños del centro de poder musulmán recuerdan su opulencia. Si queremos conocer el pasado judío cordobés, hay todo un barrio para ello. Parada imperdible, en este sentido, es la Sinagoga, único ejemplo de sinagoga medieval conservada en pie en Andalucía; joya del arte mudéjar. La cristianización del barrio tras la cristianización de la judería puede entenderse gracias a la capilla de San Bartolomé. Todo esto sin olvidar las callejas y plazuelas como Tiberiades, Hoguera, Pañuelo o la Hoguera.
La Mezquita-Catedral merece un punto aparte. El gran monumento de la ciudad; Patrimonio de la Humidad desde 1984; el principal reclamo cordobés. Sobre la antigua basílica de San Vicente se alza la majestuosa mezquita. Sus 23.400 metros cuadrados y unas 1.300 columnas hicieron, en su momento, de este templo el segundo mayor del mundo tras la Meca. Tras la conquista de la ciudad por Fernando III el Santo tuvo lugar su consagración como iglesia y la posterior construcción, en el siglo XVI, de la Catedral. Un monumento único e irrepetible; un lugar en el que cada vez que se entra se descubren aspectos nuevos.
Como soy consciente que la mañana ha sido intensa, es mejor tomarse la tarde con un poco más de tranquilidad. Tras una agradable comida en cualquiera de los locales del entorno, el sábado por la tarde podemos acercarnos al barrio de San Basilio y disfrutar de los patios populares. Es esta una experiencia completamente diferente en la que podremos descubrir un aspecto tradicional: la vida en torno a los antiguos patios de vecinos. Estos patios están abiertos casi todo el año y están plagados de macetas con decenas de especies diferentes de flores. Una vez acabados de los patios, de vuelta, pasarán por las Caballerizas Reales; entren; no lo duden. Descubrirán un edificio del siglo XVI en el que se sigue viviendo del mundo del caballo y donde se organiza el espectáculo “Córdoba Ecuestre”.
Ya estamos en la recta final del fin de semana: el domingo. Hay varias posibilidades en función de sus gustos: el yacimiento arqueológico de Medina Azahara, a unos 8 kilómetros a las afueras de la ciudad, donde encontrarán la “ciudad brillante” que Abd al Rahman III mandó construir en el siglo X y que fue el reflejo de su reinado; si prefieren quedarse en la ciudad el Palacio de Viana, un edificio del siglo XVI, les introducirá en el mundo de la nobleza cordobesa de la edad moderna con sus patios, jardines y lujoso estilo de vida. Si escogen esta opción, no duden en pasear por las plazas de los alrededores: Santa Marina, San Agustín, Corredera, Potro… y en comer algo en alguno de estos rincones.
El fin de semana toca a su fin y es hora de volver a casa. Aún quedan muchas cosas por ver, muchos rincones por descubrir, mucha gente a la que conocer… Así que ya saben, hay que volver a Córdoba. Aquí les esperamos con los brazos abiertos.
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Historiadora, Arqueóloga e Intérprete de Patrimonio
Es preciosa
Una preciosidad
Madre mia q foto más bonita,espectacular……
Yo voy a estar dos días en Córdoba, espero aprovecharlos al máximo.
No se puede ser más bella. Tengo muchas ganas de ir♥♥♥♥♥♥
Hermosa ciudad volvere