El día 23 de agosto de 1846, se reabría el antiguo edificio consistorial de la ciudad de Córdoba, situado en la plaza de la Corredera, que había sido construido entre 1583 y 1586 bajo la dirección arquitecto Juan de Ochoa (figura clave de la finalización del crucero de la Catedral de Córdoba).
Hijo de un industrial de los sombreros, José Sánchez Peña adquiere el inmueble que había alojado la cárcel y la casa consistorial, ya en desuso tras el traslado del ayuntamiento a Capitulares, para instalar en dicho espacio una fábrica de fieltro y sombreros.
Pero Sánchez Peña no se limitó a continuar el negocio familiar, sino que acometerá en el edificio una serie de reformas destinadas a la instalación de la maquinaría de vapor necesaria para aumentar el ritmo de trabajo, posiblemente fuertemente influenciado por su vida en Francia, a donde se expatrio voluntariamente tras la reinstauración de Fernando VII, dando todo ello lugar a la creación de la primera fábrica de sombreros a vapor.
Las modificaciones en el espacio de la plaza no se limitarían a la propia fábrica, sino que posteriormente Sánchez Peña compró el edificio del pósito (antiguo almacén de grano) para ampliarlas , dando lugar a la creación de una auténtico espacio industrial en el corazón de Córdoba que se complementará con la creación es escuelas talleres y almacenes, que perdurará hasta la década de los 70 del siglo XIX cuando el edificio es reacondicionado para su uso compartido como mercado que mantendrá hasta la construcción del gran mercado de abastos en 1896.
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