Las tabernas en Córdoba fueron desde su creación no sólo un lugar para degustar los platos y los vinos de la zona sino que también tenían la función de lugar de reunión de las diferentes clases sociales de la ciudad. La taberna que nos ocupa en este artículo es uno de sus más insignes ejemplos. Fue creada en 1880 y desde el año 1896 fue el emplazamiento del club Guerrita, fundado por el torero con el mismo apodo, como ya hemos comentado en una publicación anterior.
No solo era punto de reunión de los cordobeses de a pie, también lo era para toreros, artistas, escritores, hombres de ciencia e incluso algún personaje de la picaresca. El padre del torero “Manolete” frecuentaba la taberna y existe una anécdota curiosa sobre él. Como era muy supersticioso, no podía entrar y salir por la misma puerta, así que, entraba por el acceso de la plaza de San Miguel, pero salía de la taberna por el acceso que la misma tiene en una calle lateral, la calle san Zoilo.
Julio Romero de Torres frecuentó también esta conocida taberna. Su huella se puede observar en un busto, realizado por el mismo, que se encuentra en el interior de la taberna. En la decoración exterior se pueden apreciar dos grandes conjuntos de azulejos. El primero de ellos habla de la existencia por un cierto periodo de tiempo del antes mencionado club Guerrita. El otro conmemora el aniversario de la muerte de Manolete.
No podemos dejar de lado las especialidades de la carta que han hecho a este lugar tan famoso. Debemos hablar especialmente del rabo de toro, plato típico en la cocina de muchas tabernas y restaurantes de la ciudad de Córdoba. También debemos comentar el pisto, plato que la familia que regenta la taberna tiene casi como una “herencia familiar”. El salmorejo es también uno de los favoritos de los clientes.
Esta taberna recibió en el año 2000 el premio “Puerta abierta” por la feria internacional de turismo (FITUR). En el año 2002, la labor de su cocina fue reconocida con la distinción de “La señora de las tabernas”.
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