Buenos días y bienvenidos a la siguiente entrega de la serie de artículos que estoy realizando en este blog durante el año 2019. Todos ellos están centrados en hechos que han ocurrido en nuestra ciudad o que están relacionados con ella y que además nos conectan con edificios, equipos de fútbol o grupos musicales que forman parte de nuestro desarrollo.
Hoy le toca el turno al Molino de la Alegría. El hecho relacionado con esta construcción acaeció el 11 de julio, pero del año 2002. Ese fue el momento en el que la Gerencia de Urbanismo del Ayuntamiento de Córdoba y la Fundación Municipal Jardín Botánico de Córdoba presentaron el proyecto para la rehabilitación y musealización del ya citado molino y así convertirlo en el nuevo museo de paleobotánica. El susodicho molino se encuentra situado en la margen derecha del río Guadalquivir, pasado el puente de San Rafael e integrado en el Real Jardín Botánico, de ahí su participación en el proyecto.
El edificio se ubica entre dos aliviaderos además de contar con un puentecillo de conexión a la tierra. El molino cuenta con un batan y tres salas que se dedicaban a la molienda. La fachada cuenta con tres plantas. La más baja esta construida con sillares de piedra, mientras que las otras dos, llevadas a cabo en el siglo XIX, son de ladrillo. Los autores del proyecto de rehabilitación fueron el arquitecto Juan Cuenca y el comisario de exposiciones Roberto Wagner.
En el momento de la inauguración, la alcaldesa de Córdoba era Rosa Aguilar. Tras cruzar el arboretum, accederemos a una colección de 150.000 piezas que nos contara la evolución de la flora. Las piezas tienen su origen en su mayor parte en la península ibérica (Andalucía y la cordillera cantábrica), pero también tenemos ejemplares que proceden de: USA. La antigua U.R.S.S., Gran Bretaña, Francia, Asia Central y Argentina.
Dado que está dentro del Real Jardín Botánico, creo que deberíamos hacer un comentario sobre tan importante institución y su labor, quizá uno de los grandes tesoros escondidos de Córdoba. Este es una fundación pública gestionada por el Ayuntamiento de Córdoba y la Universidad de Córdoba. Su principal tarea es estudiar el mundo vegetal y para ello desarrolla una serie de proyectos encaminados a la conservación y difusión de la naturaleza. En la actualidad el Real Jardín Botánico de Córdoba también depende del IMGEMA o Instituto Municipal de Gestión Medioambiental.
Su inauguración oficial tiene lugar en mayo del año 1987 aunque fue fundado en el año 1980 con la ayuda de un grupo de profesores de la UCO que firma un acuerdo con el ayuntamiento para su construcción. En 1983 el rey Juan Carlos I es nombrado Presidente de Honor, cargo que el monarca acepta. De hecho, el, en el año 2012, el 25 aniversario de la Fundación, le concede el título de Real, dándole el nombre que ostenta ahora. Las principales funciones de esta entidad son de tipo social además de didácticas, científicas, divulgativas y de conservación de recursos.
El Real Jardín Botánico de Córdoba se compone de diferentes partes. Primero tenemos el museo de Etnobotánica que consta de cuatro salas. Una de ellas tiene siempre exposiciones itinerantes mientras que las otras tres nos hablan de la relación de las culturas con el mundo vegetal. Ya hemos hablado del importante museo de Paleobotánica. Otro lugar de paso obligado es la rosaleda, dada la belleza de semejante rincón. En el arboretum, al extremo del jardín encontraremos una amplia colección de árboles de todo tipo: Coníferas, palmeras, especies subtropicales, etc.
En la escuela agrícola tendremos una selección de plantas de interés económico: Vides, olivos y plantas aromáticas entre otras muchas. En los invernaderos centrales hay especies canarias de ambiente húmedo y seco, además de helechos y especies de las islas baleares y las montañas. En el conservatorio, con una extensión de 7000 metros cuadrados encontraremos especies exclusivamente andaluzas en peligro de extinción. En este espacio buscan desarrollarse técnicas para la conservación de las mismas.
En el herbario se conservan en pliegos plantas prensadas y almacenadas según familia. Son primordialmente andaluzas (crucíferas, malas hierbas de cultivo) aunque también tenemos otras especies de Península Ibérica y Baleares. En el jardín tacto-olfativo se ha creado un espacio para invidentes en el que tenemos una serie de plantas las cuales podremos distinguir por el tacto y el olor además de contar con letreros en braille para su mejor identificación. En los invernaderos de flora americana se exponen especies del continente americano destacando los helechos y los cactus.
En la escuela botánica encontraremos especies autóctonas de nuestro país, ordenadas por parentesco. Su disposición en forma de setos y con pequeñas fuentes y acequias es de inspiración hispano-árabe. El banco de germoplasma vegetal andaluz, incluido en este complejo, tiene como función la preservación indefinida de especies andaluzas. En su cámara subterránea, distintos armarios frigoríficos guardan semillas tratadas en el laboratorio de este banco de gran parte de la flora regional. Aunque el edificio en su mayor parte no es accesible, tiene una zona habilitada para interpretar su labor y que el público la entienda mejor.
Y para terminar con un espíritu más lúdico, de manera ocasional y establecido de noviembre de 2007 en adelante se celebra un mercado de flores a la entrada del Real Jardín Botánico. Este tiene lugar gracias a un acuerdo entre el Ayuntamiento y UVACO (Unión de Vendedores Ambulantes de Córdoba). Este mercado se suma a las muchas actividades que programa el Real Jardín Botánico. En este mercado podremos encontrar flores naturales y secas además de elementos de decoración.
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