Saludos a todos los lectores de este blog. La entrada de hoy pienso dedicarla a una efeméride, como habréis podido imaginar. En este caso se trata de la inauguración del puente de Miraflores. Es cierto que a veces produce sensaciones encontradas entre quienes lo observan, pero todos estaremos de acuerdo que, con el paso de los años, ha acabado convirtiéndose en uno de los elementos más significativos de esta ciudad. Pero, aunque la inauguración tuvo lugar en el año 2003, todo este proyecto comenzó su gestación mucho tiempo atrás.

Tenemos que situarnos en la década de los ochenta del pasado siglo. Ese es el momento en el que el ayuntamiento encarga el proyecto a quienes habían ganado el concurso de ideas sobre el Guadalquivir, desechando por el camino proyectos de gente como Santiago Calatrava, considerado por algunos un arquitecto y por otros simplemente un ingeniero de caminos. Tras diez años de inactividad, la idea se reactiva en noviembre de 2001. La gerencia de Urbanismo se encargará de agilizar los tramites para su posterior realización.
Unos días más tarde se ampliará la información dada, aclarando a los ciudadanos, que la gerencia de Urbanismo ya tenía el proyecto definitivo en sus manos, además de haber firmado el convenio con el presidente del grupo de empresas que llevarían a cabo la construcción. Se comprometía así el presidente de este grupo en financiar las obras a través de una de las empresas del grupo antes citado. Estas tendrían un importe de 7,81 millones de euros (1.300 millones de pesetas para quien quiera traducción), recibiendo a cambio suelo desbloqueado del polígono Tecnocordoba.
La empresa que lo llevo a cabo fue PRASA, como pago de las deudas que esta tenia con el municipio. El diseño salió de las manos de quienes trabajaban en CHS Arquitectos, un estudio sevillano compuesto por Rafael Casado Martínez, Antonio J. Herrero Elordi y Juan Suarez Ávila. El diseño consistió en una bandeja de acero corten, la cual se apoyo sobre una pila abarquillada que conectaba con el margen derecho de la ciudad y con el parque de Miraflores, trabajo realizado por Juan Cuenca.

Los materiales fueron elegidos con la intención de que se mimetizaran con el entorno. El único apoyo de hormigón permite que el parque se desarrolle por debajo del puente y permite una perspectiva distinta de la ciudad. Como comentaba antes, la inauguración tuvo lugar el dos de mayo de 2003, con la campaña electoral en desarrollo, de ahí que no hubiera ninguna autoridad presente en el acto. Con la apertura de este puente se pudo empezar a desarrollar el proyecto de rehabilitación y peatonalización del puente romano. El coste final de las obras ascendió a 11.921.676, lo que supuso un incremento de un 28,3 % del coste previsto.
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