Paseando por las salas de la ampliación del Museo Arqueológico Provincial de Córdoba nos encontramos ante un grupo escultórico romano excepcional del S. II d.C. Es el único ejemplo que tenemos en la Península Ibérica de una representación en bulto redondo de un Mitras Tauroktonos, dios de origen persa, cuyo culto fue difundido por las provincias occidentales del Imperio Romano por las legiones. Su uso está normalmente relacionado con los mitreos, santuarios concebidos como grutas donde se desarrollaba este culto ancestral y mistérico, poco difundido por la Bética si lo comparamos con otras religiones paganas de origen oriental como los cultos a Isis o a Cibeles.
De nuevo un hallazgo casual se produce en las tierras de labor de nuestra fecunda Campiña, a las afueras de Cabra, antigua Igabrum. Se produjo en el otoño de 1951, cuando los hermanos Antonio y Francisco Castro Villar realizaban labores agrícolas en tierras de su propiedad. No se da a conocer hasta la primavera de 1952, con gran repercusión en los medios y será entregado finalmente al Museo Arqueológico Provincial, donde podemos disfrutarlo tras su restauración. En el lugar del hallazgo se excavó posteriormente la Villa Romana del Mitra, una villa de peristilo con un magnífico estanque con exedras decoradas con el Mitra y un Dionisos, magnífica colección de escultura completada también con un dios Eros y el magnífico Niño con liebre del Museo Arqueológico de Cabra.
Aún se discute si fueron éstos su ubicación y uso originales, pues se admite de forma generalizada que la función de los grupos escultóricos del dios Mitra era presidir el altar de los mitreos, santuarios cuya presencia no está clara en esta villa. Se ha especulado con la posibilidad de que fuera un verdadero templo dedicado al dios, en el cual se intentaría reproducir artificialmente la cueva mitraica a través de un estanque en el peristilo que haría las veces de fons perennis o fuente eterna, encontradas en otros mitreos y relacionadas con una escena de este culto en el que el dios golpea una roca de la que comienza a manar el agua purificadora. Otros autores señalan la posibilidad de que el Mitra proceda originalmente del mitreo documentado en la cercana Villa Romana de Fuente Álamo, en Puente Genil, teniendo después en la villa de Igabrum un uso decorativo o también ritual.
Sea como fuere los escasos elementos relacionados con este culto que hasta ahora se han hallado en la vieja Bética sugieren su poca difusión, según se apunta, debido a una pronta romanización de la provincia que origina poco trasiego en nuestra tierra de legiones venidas de las provincias orientales, de donde importan el culto. Tenía un marcado carácter iniciático y esotérico, de modo que a sus practicantes se les iban desvelando por medio de determinados rituales y ceremoniales los grandes secretos de la divinidad, los grandes misterios. Mitras es el dios Sol – Sol invictus deus en la epigrafía clásica-, nacido en el solsticio de invierno en una cueva. Sus orígenes se relacionan con el Mazdeísmo iranio y presenta evidentes similitudes en sus elementos con otras religiones, constituyendo toda una cosmogonía del mundo antiguo. Se relaciona también claramente con las ancestrales tradiciones orientales y mediterráneas en torno al toro.
En la escena el dios (podemos verlo en nuestras constelaciones identificado como Perseo), siempre ataviado con gorro frigio, sacrifica al toro sagrado (Tauro) del que brota sangre que beben los perros de caza (Canes Venatici), mientras el escorpión (Scorpio) ataca sus testículos y la serpiente (Serpens Cauda), también agrede. Los iniciados recibían un tremendo baño de sangre en el sacrificio de un toro en su primer día y ascenderían en el conocimiento de los misterios a través de siete grados, cada uno relacionado con escenas de la vida del dios y sus respectivos símbolos, que también decoraban los mitreos. Ritos ancestrales que también fueron religiones seguidas en la Bética y cuya representación material podemos admirar en nuestro museo de forma excepcional. Sólo el British Museum de Londres y los Museos Vaticanos en Roma disfrutan de monumentos similares.
[magicactionbox id=”11191036″]
Precioso. Esta provincia me encanta.