En la Provincia de Córdoba, en el extremo suroeste de la Sierra de Aras lucentina, encontramos un yacimiento arqueológico completamente excepcional cuya relevancia es equiparable a la de la famosa Sima de los Huesos de Atapuerca. La importancia de este hábitat prehistórico se debe a diversos aspectos: su impresionante antigüedad, remontable al menos hasta el Paleolítico Inferior del Homo Erectus, hace más de 480.000 años; la afortunada conservación de una sima de más de 65 metros de profundidad utilizada como vertedero, al fondo de la cueva, que apenas ha sido excavada en sus estratos más superficiales y que es el único ejemplo visitable en toda Europa; no se han detectado vacíos importantes en la ocupación humana del yacimiento durante larguísimos periodos, como atestigua la superposición continuada de cenizas acumuladas en un hogar (hoguera en refugio) cuya potencia de hasta 2,60 m. es de récord en toda Europa; su descubrimiento es aun reciente, lo que implica una proyección internacional destacable a nivel científico y didáctico gracias también al notable esfuerzo local para su investigación y puesta en valor.
Lucena cuenta con una formación geológica muy especial que siempre llamó la atención de sus pobladores, incluso desde los albores de la Humanidad, cuando las primeras comunidades de homínidos se establecieron en la Península Ibérica. Se trata de la Sierra de Aras, un destacado cerro calizo aislado frente a las Sierras Subbéticas con las que comparte su naturaleza kárstica. Coronado por el Santuario de la Virgen de Araceli, es lugar de peregrinaje y devoción desde antiguo por los lucentinos, así como un faro natural reconocible por todos desde largas distancias, constituyendo una clara referencia geográfica.
Pero hasta hace sólo un par de décadas no hemos conocido la joya que guardaba en sus entrañas. La Cueva del Ángel es uno de los asentamientos humanos más antiguos de toda Europa, y la sima situada al fondo guarda restos materiales de esas comunidades arrojados allí desde hace al menos medio millón de años. Tanto la fauna como la industria lítica y las dataciones absolutas sitúan el yacimiento en el Pleistoceno Medio y el Pleistoceno Superior Antiguo, lo que hace que este conjunto sea excepcional en la Península Ibérica. Además, recientemente se ha podido documentar su uso como necrópolis en los últimos periodos de la Prehistoria, concretamente durante el Neolítico y el Calcolítico. Entonces los cadáveres eran depositados en la cueva, que hizo las veces de cámara dolménica, y la acumulación de restos humanos propició que fueran arrojados a la sima a modo de osario, constituyendo los niveles más superficiales de la estratigrafía que la rellena.
Es sólo el comienzo de un interesantísimo viaje en el tiempo. Desde el descubrimiento en 1995 de su potencial arqueológico gracias a los especialistas Cecilio Barroso y Daniel Botella, se ha excavado durante diversas campañas veraniegas y está previsto que éstas continúen, constituida recientemente la Fundación Instituto de Investigación de Prehistoria y Evolución Humana, con sede en Lucena. Una vez inaugurada la nueva galería subterránea, de unos 100 metros de longitud y que comunica la sima con el exterior, el conjunto cuenta con un despliegue museístico repleto de interés y curiosidades en torno a su ocupación por los erectus, neandertales y el Hombre moderno.
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Deseo información de si La Sima y Cueva del Ángel en Lucena se encuentran abierto al público para ser visitado en abril 2023