El cementerio de la localidad de Fernán Núñez (Córdoba), mandado a construir a finales del siglo XVIII por el VI Conde de Fernán Núñez, Carlos José Gutiérrez de los Ríos, es uno de los cementerios más interesantes de España, en tanto que cuenta con una tipología arquitectónica novedosa y bebe directamente de los principios ilustrados provenientes de la Europa del momento. Para contextualizar la obra tenemos que remitirnos en primer lugar hasta el último cuarto del siglo XVIII.
Hasta 1787 enterrar a los difuntos en las iglesias y espacios limítrofes eran acciones comunes que incentivaban el surgimiento y desarrollo de epidemias. Sin embargo, en esta fecha, Carlos III emitirá una Real Cédula obligando a enterrar a los difuntos fuera de la ciudad; una política que en Francia se estaba aplicando desde 1776. Bien es cierto que, ante la pobreza de las ciudades, estas edificaciones no empezaron a ponerse en marcha hasta el siglo XIX. Sin embargo, el caso que nos ocupa presenta una casuística diferente, de hecho, el primer diseño del edificio fue realizado seis meses antes de que se pronuncie la Real Cédula, en noviembre de 1786.
Escribir acerca del VI Conde de Fernán Núñez, es hablar de un auténtico ejemplo de aristócrata ilustrado con un enorme interés por la cultura, las artes y las ciencias que además destinó buena parte de su vida a recorrer España y Europa, siendo embajador en Lisboa y posteriormente, en París. Es precisamente durante esta primera estancia cuando manda a construir el cementerio, destinando para ello una cantidad de dinero que recibió por parte del Tribunal del Consulado y Comercio de Cádiz tras haberse hecho cargo del rescate del San Pedro de Alcántara, un navío de la Real Armada Española, que naufragó el 2 de febrero de 1786 al norte de Lisboa procedente de El Callao.
Tras su muerte, aunque la obra se encontraba prácticamente concluida, su hijo, el VII Conde y I Duque de Fernán Núñez, planta los proyectos de su padre, aunque los terrenos del cementerio continuaron perteneciendo a la Casa. En 1858 el Ayuntamiento pidió que fuese cedido por escritura pública, con el fin de construir un cementerio sobre las ruinas del primero cuyo testimonio más cercano nos lo da la fecha de su gran portada.[magicactionbox id=”11191036″]
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