La avenida del Gran Capitán es una de las calles más importantes de Córdoba, desde la iglesia de San Nicolás de la Villa, hasta Ronda de los Tejares, justo donde está ubicada la fuente de los cubos, es bulevard peatonal. Siendo alcalde Julio Anguita se desistió en hacer un parking subterráneo por encontrarse restos arqueológicos, pero con la remodelación que sufrió en 1989 se convirtió, junto con la plaza de Las Tendillas en el centro comercial y social de la ciudad. Fue llamado en un principio paseo de San Martín pero pasó a llamarse Avenida del Gran Capitán por la estatua ecuestre que luego fue trasladada a la Plaza de las Tendillas.
Justo en el centro de la avenida encontramos el Gran Teatro de Córdoba, el cual empezó a construirse en 1871 tras una situación política complicada, en 1868 se produce una Revolución, La Gloriosa, tras la cual Isabel II queda destronada y España sufre un difícil tránsito y pasa de ser un Estado Absolutista a otro Liberal- Burgués, produciéndose una serie de cambios que afectaron al régimen político, sistema económico y social.
El Gran Teatro de Córdoba es uno de los referentes culturales de nuestra ciudad.
En 1869 se proclama una Constitución que recoge amplias libertades, como la libertad de prensa, la libertad de expresión o la libertad de culto.
Así pues el Gran Teatro de Córdoba comienza a construirse en 1871, gracias al banquero Pedro López, se le encargó el proyecto al arquitecto Amadeo Rodríguez y tras tres años de duro trabajo el Gran Teatro abrió sus puertas por primera vez el 13 de abril de 1873 con la Ópera Martha, de Friedrich Von Flotow, fue un acontecimiento cultural único que colocó el Gran Teatro de Córdoba entre los mejores del país.
Desde entonces ha sido uno de los grandes referentes culturales de la ciudad y por su escenario han pasado infinidad de artistas de todo el panorama nacional e internacional, en los ámbitos de música, danza o teatro, llegando a albergar incluso discursos políticos, ya que durante algún tiempo muchos partidos políticos escogieron su escenario para dar sus discursos al pueblo.
Entre 1920 y 1951 el Gran Teatro fue gestionado por la empresa Guerrero y desde entonces hasta 1975 por la empresa Sánchez Ramade, pero por ese entonces el estado del inmueble hizo necesaria una remodelación y el Gran Teatro cerraba sus puertas un 27 de abril de 1980.
Dos años más tarde, en 1982, logró la designación como Bien Histórico-Artístico y el Ayuntamiento convocaba un concurso para la remodelación del edificio, el ganador fue el arquitecto cordobés José Antonio Gómez Luengo. Las obras se comenzaron el 9 de febrero y 1983 y durarían tres años.
El Gran Teatro se remodeló completamente, nuevos accesos, una nueva situación para la escalera, ascensores, aseos públicos, nuevas zonas comunes y de descanso del público, sala de usos múltiples y una galería de exposición dedicada a la historia del teatro.
Mantiene su estructura original de teatro a la italiana con sala en forma de herradura y contiene un aforo algo más limitado que antes, en estos momentos cuenta con 946 localidades distribuidas en patio de butacas, platea, palco, anfiteatro y paraíso (conocido coloquialmente como gallinero).
El 19 de marzo de 1986 por fin abrió sus puertas, con un recital conmemorativo del XI Concurso Nacional de Arte Flamenco, en el que actuaron Fosforito, Víctor Monge, Matilde Coral y Paco Cepero, y al igual que en la primera inauguración el público ocupó la totalidad de las butacas, el Gran Teatro volvía a brillar.
Nació la Fundación Pública Municipal Gran Teatro, que en 2004 paso a llamarse Instituto Municipal de Artes Escénicas Gran Teatro (IMAE)
El IMAE distribuye la programación de espectáculos teatrales y tiene adscritos además del Gran Teatro, el teatro de la Axerquía y el reformado Teatro Góngora.
Es uno de los Teatros más bonitos y mejor conservados de España, aunque se están realizando algunas obras para mejorar la accesibilidad, se han instalado nuevos ascensores, se van a reemplazar las puertas por otras más anchas y se van a eliminar barreras, como escalones innecesarios, tanto en el interior como en el exterior, todo para cumplir la normativa vigente y que el Gran Teatro pueda ser accesible para todos los públicos.
El exterior del edificio es sencillo y discreto pero el interior es un mágico mundo lleno de artistas, tocadores, luces y vestuario verdaderamente maravilloso y que proporciona a los que lo visitan una sensación única, cuando se baja el telón y se apagan las luces para poder disfrutar y soñar con lo que ocurre en el escenario. Una verdadera joya cordobesa que nos acerca la cultura y el espectáculo en un ambiente único.
Pasen y vean,..el espectáculo está a punto de comenzar.
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