La Primitiva Capilla Mayor

Como ya comentáramos en la introducción, tras la conquista de la ciudad por parte de Fernando III el Santo en 1236, y tras la sacralización de la antigua Mezquita, se procedió a crear una Capilla Mayor, cuya cabecera estuvo situada en el lucernario de entrada a la ampliación de Alhaken II, y que hoy conocemos como Lucernario de Villaviciosa. El espacio comprendido entre el lucernario y el muro occidental del edificio fue el elegido para situar el coro; el espacio cubría los tres primeros tramos de la ampliación de Alhaken II en las cinco naves que quedaban hacia el Oeste.

El coro es el lugar reservado para que los capitulares recen las horas y asistan a los cultos del Altar Mayor, si bien no parecía éste el lugar más adecuado para tal función. Hay que entender, por otro lado, la situación social y política del momento, como ya apuntáramos en anteriores apartados, con conflictos bélicos permanentes entre cristianos y musulmanes. Esto provocó que hasta finales del siglo XV, y con la llegada del Obispo Iñigo Manrique, no se afronte la reforma del coro.

El resultado de las obras fue una amplia, espaciosa y luminosa nave gótica, caracterizada por su gran austeridad. Pese a su estado actual, fue en otros tiempos uno de los lugares más y mejor ornamentados de la Mezquita-Catedral, donde sus muros se hallaban decorados con bellas pinturas medievales, muchas de las cuales se encuentran conservadas en el Museo de Bellas Artes de nuestra ciudad.

En 1607, fecha en que finalizan las obras del crucero de la actual Capilla Mayor, pasa a llamarse Capilla de Villaviciosa, denominación que sigue recibiendo en la actualidad. Con el tiempo, la capilla sufrió numerosas transformaciones, como el empleo de bóvedas barrocas, que fueron colocadas tapando las estructuras medievales, o el conocido retablo de orden salomónico que aún se conserva en el Convento de Jesús Crucificado.

La capilla barroca fue destruida a finales del siglo XIX para dejar a la vista la obra califal, intervención que sería rematada por el arquitecto Ricardo Velázquez Bosco años más tarde.

Si atendemos a los aspectos puramente formales, observaremos que la antigua Capilla Mayor presenta una planta basilical, cuya cabecera se encuentra orientada hacia el Este, siguiendo la tradición de casi todas las iglesias cordobesas del momento, caso de las fernandinas, que ocupan un apartado especial en nuestra Web. De los pilares surgen grandes arcos fajones moldurados que, como su propio nombre indica, cumplen la función de fajar la bóveda. Entre éstos, se desarrollan los distintos tramos de los que está compuesta la techumbre de madera a dos aguas, que a su vez, está formada por casetones cuadrangulares decorados con pinturas de temática vegetal. La iluminación se realiza por medio de ventanales góticos abocinados con cristaleras, los cuales se encuentran en el segundo cuerpo, así como un pequeño rosetón hallado en el muro occidental.

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Texto: J.A.S.C.