Puerta de los Deanes

El otro acceso por el que podemos ingresar en el interior del Patio de los Naranjos por el lado occidental es, además del Postigo de la Leche la Puerta de los Deanes. Los orígenes de este antiguo pórtico los encontramos en la primitiva Mezquita Aljama de Córdoba, que realizara Abderramán I a finales del siglo VIII.

La Puerta de los Deanes se encuentra en el lado occidental.

Lo cierto es que se ha conservado muy poco de lo que en su día fue, debido sobre todo a las numerosas reestructuraciones sufridas, sin embargo, podemos apreciar que presenta un esquema muy usual en la construcción musulmana, donde un vano de acceso adintelado se encuentra envuelto en un arco de herradura cegado, enmarcado a su vez por alfiz, y todo el conjunto es coronado por un tejaroz de piedra sostenido sobre modillones. Sin embargo, lo más interesante es que se ha conservado la cara interior de la puerta, la que da al Patio de los Naranjos. La composición aquí es muy diferente a la del exterior, presentando, como dice Don Pedro Marfil: “…un dintel adovelado con arco de descarga encima, que no alcanza el semicírculo, pero cuya curva se prolonga labrada en el dintel para fingirlo de herradura. Sus dovelas alternan la piedra y el ladrillo. Como caracteres arcaicos de esta puerta destaca lo poco cerrado de la herradura…”.

Desde época cristiana es conocida como Puerta de los Deanes. El Deán es la persona que ostenta la dignidad de la Iglesia, siendo su principal función la de presidir el Cabildo cuando no se encuentre el Obispo. Desde un principio, la figura del Deán en nuestra ciudad fue de gran relevancia, debido, en otros aspectos, a que sus intervenciones eran muy frecuentes, ya que la movilidad de los obispos era constante. Éstos solían desplazarse a la corte con relativa frecuencia, y solían acudir a todo tipo de actos de la corona.

Aunque la Puerta de los Deanes ha sufrido muchas reestructuraciones, su cara interior sí se ha conservado.

Antiguamente, cuando un nuevo Deán tomaba posesión de su cargo, éste accedía al interior de la Catedral por esta puerta, ante ella esperaba a los miembros del cabildo que, en solemnísima procesión acudían a recogerlo e integrarlo en la comitiva, para así guiarlo hasta el Altar Mayor y al Coro, lugar donde, definitivamente, sería investido como nuevo Deán de la Mezquita-Catedral. Este es el motivo por el que se conoce a este vetusto acceso como la Puerta de los Deanes.

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Texto: J.A.S.C.