Santuario de la Fuensanta

Al Este de la ciudad de Córdoba, sobre las antiguas huertas, nace el popular y castizo barrio de la Fuensanta, que debe su nombre a la Virgen de todos los cordobeses y, cómo no, al Santuario levantado en su honor.

Frente a la actual iglesia se encuentra un humilladero erigido a finales del siglo XV para proteger al pozo milagroso que, según dice la leyenda, fue hallada la pequeña imagen de la Virgen de la Fuensanta, apócope de “Fuente Santa”. Un mural de azulejos, colocado en 1949, relata gráfica y documentalmente cómo se le apareció la Virgen, en compañía de San Acisclo y Santa Victoria, al humilde cardador de lanas Gonzalo García en el año 1420: “En este benerable sitio, cerca de esta Sta. Fuente en la que la naturaleza había creado un frondoso cabrahigo, en cuyo tronco contenía la sagrada ymagn. que en este Sto. templo se benera, la que ocultó un cristiano en la entrada de los Moros en Córdoba; saliendo por este camino un hombre devoto de la Reina del Cielo, llamado Gonzalo García, fatigado y atribulado por tener a su mujer paralítica, y su hija loca. Se le apareció esta soberana Sra. acompañada… y le mandó llebase Agua de esta fuente a su Muger e hija y tendrían salud, cumpliendo el mandato y de repente quedaron libres de su enfermedad. Año de 1420“.

La Virgen de la Fuensanta es la Copatrona de la ciudad de Córdoba.

El humilladero del Santuario de la Fuensanta presenta una planta cuadrada, con tres lados abiertos al exterior por medio de arcos apuntados, mientras que el cuarto está cerrado, y en él se dispone un nicho con la citada inscripción. Cubierto por una bóveda de crucería estrellada, sus nervios se apoyan sobre ménsulas decoradas con símbolos de los evangelistas, y en las claves se representan a los evangelistas. El brocal del pozo fue realizado por Mateo Inurria a comienzos de la pasada centuria.

La iglesia del Santuario de la Fuensanta es el resultado de varias reestructuraciones, una de ellas la efectuada en el año 1646, que alteró la estructura primitiva sustituyéndola por otra de estética barroca, aunque hubo una última intervención, efectuada en 1976, para su adaptación a la nueva función de parroquia del barrio. La fachada está realizada en ladrillo y estructurada en base a una composición escalonada que culmina en una espadaña de tres vanos para campanas. La portada, realizada en piedra, consta de tres alturas, con frontón triangular partido en el piso inferior, balconcillo y frontón circular de quebrada cornisa en el segundo piso y óculo circular en el remate. Corresponde a la restauración de 1647, cuando la ampliación de la iglesia, el añadido de la crujía de los pies de la nave, según las características del estilo barroco.

La iglesia tiene, además, una puerta lateral de estilo gótico realizada en piedra, con arco apuntado enmarcado por alfiz. A fines del siglo XVII se adosó un pórtico a la fachada lateral que comunica con el patio, con seis arcos de ladrillo sobre columnas pétreas, dedicado a proteger los exvotos y aún permanecen el del caimán, los dientes de grandes peces americanos y la costilla de ballena.

El templo presenta una planta rectangular de tres naves, con tres tramos de arcos apuntados sustentados por pilares cruciformes, de marcado acento gótico-mudéjar. A la capilla mayor, de principios del XVI, se accede por un arco toral apuntado y está cubierta por una bóveda de crucería gótica. En las paredes laterales están colocadas sendas lápidas que evocan la milagrosa aparición de la imagen de la Virgen.

Existe una leyenda sobre el caimán de la Fuensanta que está expuesto en la iglesia.

La preside un camarín del siglo XVII, que alberga la imagen de la Virgen de la Fuensanta y al que se accede desde el exterior por medio de una escalera de mármol rojo, cubierta por bóveda con decoración de yeserías.

De las capillas podríamos destacar la situada en la cabecera del lado del evangelio, presidida por una imagen de Santa Ana con la Virgen Niña, y a ambos lados los bustos de un Ecce Homo y una Dolorosa en dos pequeñas urnas, y sobre la mesa del altar un relicario de la Santa Cruz de madera en forma de custodia. Por otro lado, la capilla de la cabecera del lado de la epístola, denominada Capilla del Sagrario o del Cristo de las Mercedes, alberga varias pinturas al fresco que representan ángeles con los símbolos de la Pasión en la bóveda, atribuidas al cordobés Antonio del Castillo y Saavedra.

A los pies de la iglesia, flanqueando el coro situado sobre el vestíbulo de acceso al templo, se hallan las Capillas de San José y del Cristo del Humilladero, construidas a principios del siglo XX.

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Texto: J.A.S.C.