Patio de los Naranjos del Palacio de Viana

La siguiente parada la protagoniza el Patio de los Naranjos del Palacio de Viana. Recibe su nombre de los seis naranjos centenarios que rodean su fuente central.

El patio es planta trapezoidal, en su lado menor destaca un pequeño estanque cuadrado con cinco surtidores, decorado con motivos de cerámica azul y alambrillas. En el resto de la superficie, sobresalen unos parterres de copiosas cintas, destacando los ubicados en el muro de cerramiento.

En uno de los planos del siglo XIX que aún se conservan, el Patio de los Naranjos aparece dividido en dos partes bien diferenciadas: la zona de la alberca, que recibió varias denominaciones según la época, como por ejemplo Patio de la Fuente, Patio de Beber o Patio de la Parra; y la zona de los naranjos, a la que se le conoció por el nombre de Patio de los Comedores, en referencia a las estancias del palacio que asomaban al recinto. No sabemos cuándo fue derribado, pero en época de los últimos marqueses de Viana ya no había muro de separación.

De los arriates surgen plantas trepadoras que revisten buena parte de los muros, caso de la glicinia, que recubre casi la totalidad del testero. En uno de los rincones crece el oloroso heliotropo, con su menuda flor azulada que se dice era la planta preferida del señor marqués. La fuente central, que es de planta octogonal, se encuentra cubierta por macetas repletas de orejas de vaca y nenúfares. Además, abundan las buganvillas, celestinas, clivias, rosales, lantanas, geranios y gitanillas.

Las fachadas del palacio se unen a la composición vegetal resultando un marco inigualable. Se abren hasta cuatro vanos en el piso superior, dos de ellos de un balcón corrido en ángulo y, los otros dos, balcones de forja. En el piso bajo, abren al Patio de los Naranjos tres puertas de tres salones distintos, dos de ellas en línea con otros dos balcones. La carpintería presenta los ya habituales tonos azulados.

El continuo ruido de los surtidores de la fuente, la penumbra, el hecho de tener que ir escrutando cada uno de sus rincones al no poder visualizarlo de una ojeada, llenan de misterio, soledad, intimidad, reposo… a este bello lugar, convirtiéndolo en un marco incomparable.

Si se pregunta qué visitar en Córdoba, una buena opción sería el Palacio de Viana, eligiendo una de nuestras visitas guiadas. De este modo podrá conocerlo todo sobre el Patio de los Naranjos. Apostar por hacer turismo de calidad es hacerlo por ArtenCórdoba.

Texto: J.A.S.C.